Pamplona, 1 may (EFE).- El extremo malagueño Bryan Zaragoza afronta sus últimos encuentros con Osasuna antes de regresar a la disciplina del Bayern Múnich, con dos objetivos marcados a fuego para terminar la campaña de la mejor manera posible.
El 9 de agosto del pasado verano la web de Osasuna anunció un fichaje totalmente inesperado, el de un futbolista que meses ante fichó por el gigante bávaro tras un inicio de curso brutal con el Granada.
Tras decir no a clubes como Valencia o Betis, el veloz atacante optó por el cuadro navarro, lugar que consideró idóneo para relanzar su corta pero brillante carrera. El mismo viernes del anuncio fue presentado en El Sadar ante 800 personas, síntoma de la enorme repercusión de un futbolista llamado a ser el punto desequilibrante del equipo.
Debutó en la primera jornada ante el Leganés, haciéndose con la titularidad en las cinco siguientes fechas. Su primera asistencia fue ante el Celta, antes de demostrar todo su potencial en la octava jornada ante el Barcelona.
La exhibición comenzó con su asistencia a Budimir para después enloquecer al estadio con su gol en el 28. Veloz contra finalizada con una pisada delante de Iñaki Peña que dejó sentando al cancerbero culé. Calidad y desparpajo para abrir portadas deportivas horas después.
La siguiente jornada volvió a dar un nuevo servicio en el empate en Getafe, mientras que dos jornadas después fueron dos los concedidos en San Sebastián, con Torró y Budimir ejecutando. Victoria ante el Valladolid antes de comenzar la fatal racha de resultados.
El 2 de diciembre, en Sevilla, Bryan sufrió fractura del quinto metatarsiano de su pie derecho. Esto dejó a Moreno sin su hombre más desequilibrante durante seis jornadas, con dos derrotas y cuatro empates que cortaron la buena dinámica hasta entonces.
Regresó ante la Real Sociedad con 4 minutos y el equipo ganó 2-1. Pese a continuar como titular indiscutible las cosas no salían, fruto del mal momento que rodeaba al equipo. La mala suerte se cebó con él a finales de marzo.
Tuvo que abandonar el césped del Coliseum por una lesión muscular, la que a su vez le apartó de la convocatoria con España del día siguiente. Nuevo contratiempo que también vino mal a su equipo.
Un mes fuera en el que fue trabajando de manera gradual sin tomar ningún tipo de riesgo, viendo la importancia de cara al tramo final. El otro día, en la tercera victoria seguida (Sevilla), Bryan tuvo 45 minutos en los que intentó sus típicos desbordes con el posterior disparo al palo largo.
Con 1.492 minutos en 22 choques, el menudo futbolista espera ampliar estos números con la idea de recuperar su mejor nivel. Sabiendo que no seguirá en Pamplona, la idea es la de captar la atención del mayor número de novias posibles, algo que pasa por lo que ahora haga sobre el verde.
Además, el futbolista sabe la ilusión que despierta en la afición el término Europa. Los de Moreno parecen haberse rehecho y se han apuntado en el último tren. Restan cinco jornadas, las cuales empiezan este sábado en Villarreal, lugar en el que Bryan Zaragoza espera ser determinante para los suyos.
