Redacción Medioambiente, 30 jul (EFE).- Tras la amenaza de tsunami generada en el Pacífico a raíz de uno de los peores terremotos jamás registrados -en la península rusa de Kamchatka, de magnitud 8,8-, algunos de los países afectados, como Japón y EE.UU., han logrado recobrar la calma pese a que zonas de centroamérica y sudamérica siguen vigilantes.

El seísmo provocó cuatro grandes olas que inundaron la costa de una de las islas Kuriles del norte, Paramushir, sin causar víctimas.

La primera ola avanzó 200 metros y las siguientes dañaron la infraestructura del puerto de Sévero-Kurilsk, provocando la evacuación de unas 2.700 personas en el archipiélago de las Kuriles.

La península rusa volvió más tarde a ser víctima de un segundo temblor, de magnitud 6,2, que tuvo lugar a las 21:56 hora local (09:56 GMT) y cuyo epicentro se situó a una profundidad de 69 kilómetros, a casi 200 kilómetros al este de la capital de Kamchatka.

Al cabo de las horas, Rusia desactivaba la alerta de tsunami, según informó el ministro de Emergencias de la región de Kamchatka, Serguéi Lébedev.

Japón recupera la calma
Japón, uno de los países más impactados por el seísmo, lograba recuperar la calma tras varias horas de caos. Las autoridades niponas desactivaron la alerta por riesgo de tsunami en todo su litoral del Pacífico aunque continúan recomendando precaución.
En las costas niponas se observaron tsunamis de diferente altura, que alcanzaron los 1,3 metros en Iwate (noreste), 80 centímetros en Hokkaido (norte) o 30 cm en Yokohama (sur de Tokio).
Posteriormente, la Agencia Meteorológica de Japón (JMA) redujo a «aviso por riesgo de tsunami» la alerta que había sido habilitada en toda la zona costera desde Hokkaido (norte del país) hasta Kyushu, la mayor isla suroccidental que compone el archipiélago nipón.
El temor a un tsunami llevó a las autoridades locales a emitir órdenes de evacuación que afectaron a unos 2 millones de personas y también sufrió graves alteraciones el tráfico ferroviario y aéreo durante toda la jornada en el país, afectando al área metropolitana de Tokio y alrededores, donde se concentra un cuarto de la población nipona, o al aeropuerto de Sendai (noreste).
La situación se relaja en EE.UU.
La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, ha asegurado que la amenaza de un tsunami grave en el país «ha pasado completamente», aunque se mantienen algunas alertas preventivas en la costa oeste.
«Estamos en muy buena forma en este momento», ha declarado Noem a la prensa, durante una visita oficial en Chile. «Hemos rebajado la amenaza de tsunami que se estableció para Hawái y algunas regiones que afectaban también a Alaska. Aún tenemos una advertencia y una alerta para la costa oeste, pero anticipamos un impacto mínimo».
El tsunami alcanzó la costa de California, y está registrándose en el mareógrafo de Arena Cove, Monterrey y Crescent City. Esta última se encuentra bajo advertencia de tsunami, siendo el nivel de alerta más alto.
El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, sin embargo, rebajó su alerta de amenaza para Hawái aunque advirtió de que «podrían producirse fuertes corrientes a lo largo de todas las costas que podrían representar un peligro para nadadores, navegantes y personas cerca de la orilla en playas, puertos y marinas».
También se han cancelado los avisos de tsunami para Guam y las Islas Marianas del Norte.
Centroamérica y Sudamérica, vigilantes
Centroamérica, en cambio, mantiene una «alerta de vigilancia por la posible llegada de olas de entre 30 centímetros y un metro de altura», según el Instituto de Geociencias de la Universidad de Panamá.
Ese centro apuntó que la «alerta de evacuación por tsunami se aplica únicamente para las costas del oeste de los Estados Unidos, Japón y las Islas Hawái», mientras que «en el resto de los países de Centroamérica y algunos de Sudamérica se mantiene la alerta de vigilancia por la posible llegada de las olas de entre 30 cm y un metro de altura».
Por su parte, el litoral peruano se encuentra en alerta y al menos 65 puertos del país están cerrados, a la expectativa de la llegada de un ‘tren de olas’ en las próximas horas, que recorrerá la costa de norte a sur con olas de hasta 2,31 metros.
Además, en la provincia de Palpa, en la costa central de Perú, se ha registrado hoy un sismo de magnitud 4, sin que se haya informado de daños materiales ni personales, y otro ha sacudido la provincia de Canas, en la sureña región de Cuzco, con magnitud 3.6.
En Chile, el Servicio de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) ha declarado la alerta roja y la evacuación de todas las comunas del borde costero, desde la regiones de Arica y Parinacota, en el extremo norte, a Magallanes, en su punto más austral.
En Costa Rica se ha declarado una alerta amarilla (vigilancia) y se han suspendido las actividades acuáticas durante las primeras horas del día debido a que se prevén «corrientes extraordinarias».
Por su parte, el Parque Nacional Galápagos de Ecuador ha dispuesto el cierre temporal de los sitios de visita en áreas protegidas que impliquen acceso marítimo, presencia en playas y zonas de uso público, como precaución.
Además, 1.480 habitantes y turistas de islas como Santa Cruz -la más poblada del archipiélago de Galápagos-, e Isabela -la más grande, fueron evacuados de forma preventiva.
Mientras, el Gobierno colombiano ha rebajado el nivel de alerta a una advertencia por fuerte oleaje y prevén «corrientes fuertes y olas de tsunami en la costa Pacífica colombiana», por lo que ordena «el cierre de playas y restricción de tráfico marítimo».