Guayaquil (Ecuador), 21 de abr (EFE).- El papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años de edad, “rezaba todos los días por Ecuador”, aseguró el Arzobispo de Guayaquil, Luis Cabrera, quien es uno de los 138 cardenales que asistirá al cónclave que elegirá al nuevo pontífice de la iglesia católica.
“Para los ecuatorianos él es importantísimo porque era muy devoto y muy cercano de la (Virgen) Dolorosa del Colegio, tanto que llevaba una estampa de ella en su breviario y todos los días rezaba por Ecuador”, comentó Cabrera al recordar a Francisco.
“Además, la fiesta de la Dolorosa fue el 20 de abril, son hechos que como ecuatorianos nos ayudan a pensar en la bondad de Dios”, aseguró durante una rueda de prensa el cardenal, que en los próximos días viajará a Roma para ser parte del cónclave.
Cabrera, que fue designado en octubre como cardenal por Francisco, recordó que Ecuador fue uno de los primeros países latinoamericanos que visitó el papa, en 2015, y que durante su estadía dejó “palabras de esperanza” para la nación.
“Repitió varias veces la frase: ‘Lo mejor está por venir’, fueron palabras de aliento, de esperanza, palabras que nos ayudaban a ver más allá de las pequeñas cosas y de nuestras limitaciones”, agregó el prelado.
El cardenal ecuatoriano y presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) dijo que lo primero que pensó cuando se enteró de la muerte del papa fue en “la resurrección”.
“Que el papa Francisco haya sido llamado a la casa del Padre en plena Pascua, sin dejar del lado el dolor, es un momento de esperanza y por qué no, de alegría. Como dijo Jesús en la cruz: ‘Misión cumplida, en tus manos encomiendo mi espíritu'”, mencionó Cabrera.
“Claro que su ausencia deja un vacío que causa un dolor, indiscutiblemente, pero a la vez desde la fe sabemos que goza de la presencia de Dios, que está contemplando el rostro de Jesús, a quien tanto amó y por quien vivió”, señaló el también Arzobispo de Guayaquil desde hace diez años.
Primera vez en el cónclave

Es la primera vez que el cardenal Cabrera será parte de un cónclave y que, por lo tanto, es elegible para dirigir a la iglesia Católica, y, aunque no cerró las puertas a una posible designación, prefirió no adelantarse a los hechos.
“Todos los cardenales que entramos allí tenemos la oportunidad de elegir y ser elegidos, por supuesto… No estoy pensando en que entro de papa y salgo de papa, no. De hecho, el papa Francisco entró como cardenal y salió de papa, y otros ‘papables’ salieron de cardenales, así que no hay que darle muchas vueltas”, afirmó monseñor Cabrera.
Ante la pregunta de si le gustaría ser elegido como papa, Cabrera aseguró que en este tipo de elecciones “no entran ni gustos ni méritos”, sino que es “pura gracia”. “Para mí ir al cónclave será una bendición, una gracia que Dios me regala, no depende de mis méritos. No es cuestión de desear o de buscar, eso no funciona aquí”, enfatizó el cardenal del país andino.
Aunque añadió que está listo para un posible viaje sin retorno, si es que así sucede. “Uno siempre debe estar listo para partir a dónde el Señor lo llame”, apuntó el arzobispo.
Monseñor Cabrera también señaló que la selección del nuevo pontífice se realizará bajo “criterios del evangelio” y no bajo “criterios políticos o sociológicos”.
“Esos criterios no caben, que si es un papa de derechas o de izquierdas, si esprogresista o conservador, si es tradicionalista o si es reformador, esas categorías están de más”, aseguró el máximo jerarca de la iglesia católica ecuatoriana.
“Pensemos que en el tiempo de Jesús esas categorías no existían, hace 2.000 años no había nada de eso”, enfatizó el presidente de la CEE.
“Que sea el Espíritu Santo y no nuestros criterios humanos o cálculos que puedan aparecer por ahí los que primen. Que el papa que sea nombrado sea quien sea siga anunciando a Jesús”, añadió el prelado.
El cardenal Cabrera dijo que durante estos días se realizarán varias misas en honor al papa Francisco en las diversas diócesis de todo el país y que en Guayaquil se harán algunos eventos aunque él no esté en la ciudad, sino en Roma, para la elección del sucesor del pontífice.
