Viena, 20 may (EFE).- El Parlamento de Hungría ha aprobado este martes, con la abrumadora mayoría del Gobierno ultranacionalista, la salida del país de la Corte Penal Internacional, en reacción a la decisión de ese tribunal de acusar al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu de crímenes de guerra en Gaza.
El Gobierno húngaro, que dirige Víktor Orbán, había anunciado esta decisión el pasado abril, coincidiendo con una vista de Netanyahu a Hungría, al opinar que la Corte se ha convertido en un “organismo político”.
La propuesta del Gobierno de abandonar este tribunal fue aprobado con 134 votos a favor, 37 en contra y 7 abstenciones, señala el portal informativo húngaro Index.
Esa fuente señala que el ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, informará de esta decisión al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
Hungría se convierte así en el primer país europeo en abandonar este organismo, que tiene como mandato enjuiciar los crímenes más graves —genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad— cuando los Estados no están dispuestos o no pueden hacerlo por sí mismos.
Hasta la fecha, sólo Burundi y Filipinas han abandonado esa corte, y países como Estados Unidos, China, Rusia e Israel no son miembros y, por lo tanto, no reconocen su jurisdicción ni la respaldan cuando se trata de casos que les afectan a ellos mismos o sus aliados.
Hungría firmó el Estatuto de Roma, por el que se creó la CPI, en el año 1999, y lo ratificó en 2001.
La CPI emitió en noviembre de 2024 una orden de arresto contra Netanyahu por presuntos crímenes de guerra y de lesa humanidad en la Franja de Gaza.
Como miembro de la Corte, Hungría debería haber ejecutado la orden de arresto contra Netanyahu cuando visitó el país en abril, pero Orbán se negó a ello argumentando que el código penal húngaro no aplica las decisiones de este tribunal.
“No solemos arrestar a nuestros invitados. No queríamos hacerlo, porque hacemos amigos y es bueno que Israel sea amigo de Hungría”, afirmó entonces.
La CPI emitió en 2023 una orden de arresto por crímenes de guerra contra el presidente de Rusia, Vladímir Putin, otro aliado de Orbán.