Loli Munera
Albacete, 30 jun (EFE).- Este mes de julio se cumple un siglo desde que Gabriel Lodares presentó en el Ayuntamiento de Albacete el proyecto para construir un edificio en el centro de la capital, con viviendas y un pasaje destinado a comercios: el Pasaje Lodares no solo es una de las calles más bonitas de España sino un emblema de la ciudad, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento desde hace treinta años.
Lodares, que había sido alcalde de Albacete entre 1903 y 1905, impulsó la construcción del pasaje al que dio su nombre, y, de hecho, en los dos accesos al mismo, por las calles Mayor y Tinte, en las puertas de hierro forjado -que se cierran durante la noche al ser una propiedad privada vecinal- están grabadas sus iniciales.
Se trata de un edificio de cinco plantas, atravesado por un pasaje cubierto por una estructura a dos aguas de hierro y paños de cristal, que fue declarado BIC en marzo de 1996.
Según los informes guardados en el Archivo Municipal de Albacete, las dos fachadas del pasaje no son simétricas y la de la calle Mayor es más estrecha al haber tenido en su momento dificultad para hacerse con la casa que había justo al lado por esta entrada.
Gabriel Lodares encargó el diseño del pasaje a Buenaventura Ferrando Castells, arquitecto de Sueca (Valencia), que también realizó más obras en Albacete. En el Archivo no está documentado el precio del proyecto.
En el interior del Pasaje Lodares destacan sus columnas -que separan los locales comerciales- así como su ornamentación y su cubierta de cristal, y también las fachadas de las viviendas superiores, con un enrejado que diseñó el artesano albaceteño José Tejados.
«Es un lujo estar aquí»

El Pasaje Lodares, uno de los puntos más fotografiados por quienes visitan Albacete, cuenta con figuras alegóricas en forma de cariátides que presentan la Industria (una rueda dentada), la Riqueza de la Tierra, (una cornucopia), las Artes Poéticas (tocando una Lira) y las Artes Liberales (una pequeña escultura y un martillo).
Actualmente, en los bajos hay negocios de hostelería, una administración de lotería y una farmacia, entre otros locales.
Uno de los negocios con más antigüedad es Cuchillería El Artesano, donde se pueden adquirir los famosos cuchillos y navajas de Albacete, así como otros tipos de ‘souvenirs’ que llevarse de recuerdo de su paso por Albacete.
Iván Cabañero, uno de los hermanos que ahora están al frente del negocio, ha dicho a EFE que su hermano y él conforman la tercera generación al frente de esta tienda, que abrió su abuelo y donde también ha trabajado su padre «con lo más típico de Albacete, los cuchillos y las navajas».
«Esto es la joya de Albacete», destaca Cabañero del Pasaje Lodares, sobre el que dice que «todo el que viene a Albacete tiene que pasar por el Pasaje Lodares, que es una preciosidad» y reconoce que «es un lujo estar aquí, en una de las calles más bonitas de España».
Esta cuchillería tiene clientes de lugares muy diversos, de España y de otros países, y lo que más buscan como recuerdo es «una navaja o un cuchillo de Albacete».
La Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Albacete (APEHT) ha lanzado distintas iniciativas con el Pasaje Lodares como protagonista ya que «es un emblema de la ciudad, un referente y una atracción turística», ha señalado a EFE el presidente, David Giménez, que también preside la Federación Regional de Empresarios de Hostelería y Turismo de Castilla-La Mancha.
«Es una de las calles más bonitas de España y es uno de los principales reclamos con los que configuramos nuestros productos de turismo», ha afirmado.
