Madrid, 17 sep (EFE).- El patronaje experimental, junto con los bordados de largas puntadas, protagonizan la nueva colección de Adolfo Domínguez, que, tras varias temporadas apostando por la presentaciones inmersivas, vuelve al desfile tradicional y exhibe moda de autor con un nuevo impulso, pero con el poso de (casi) 50 años de experiencia.
La nueva colección primavera-verano 2026 de Adolfo Domínguez recibe el nombre de Zenit, «concepto que hace referencia a ese punto álgido que todos anhelamos alcanzar.
«Punto que solo se consigue aligerando la carga o con pequeños esfuerzos diarios que permiten progresar», cuenta a EFE la directora de Diseño de Adolfo Domínguez, Tiziana Domínguez (Ourense, 1985), antes del desfile.
Así, en la colección la parte de soltar lastre se trabaja con un patronaje experimental en la sastrería y la de acumular experiencia con bordados, técnica que forma parte de sus raíces, su abuela y bisabuela los hacían en Galicia.
En el desfile, celebrado en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles y en el que ha participado el bailaor Eduardo Guerrero, se ha visto un trabajo con alma y con el sello de Adolfo Domínguez.
La raya ha sido la protagonista, «refuerza esa idea de constancia», añade la directora creativa, que señala que la paleta cromática de este nuevo trabajo masculino y femenino esta compuesta de tonalidades naturales con pinceladas en azul y salmón.
Un trabajo que se ha ideado con un proceso creativo llamado Ágora, donde el equipo de diseñadores idean las colecciones desde un mismo concepto, sin seguir tendencias. «Empezamos cada colección desde una página en blanco, no miramos qué están haciendo los demás, no vamos de compras ni hacemos adaptaciones», explica Adriana Domínguez (Ourense, 1976), presidenta ejecutiva del grupo desde 2020.
«Es importante el legado, pero también innovar, que fue precisamente lo que hizo mi padre», añade la presidenta ejecutiva, que asegura que en la colección hay prendas especiales con la sostenibilidad como bandera.
«Hemos conseguido ser empresa BCorp, que certifica que lo que hacemos lo hacemos de verdad. Y eso los clientes lo valoran», indica Adriana Domínguez.
Los tejidos cuentan con gran presencia de algodón, piel y lino, una reivindicación de la marca desde sus orígenes con la célebre frase ‘La arruga es bella’, un eslogan que impulsó a la fama al diseñador orensano Adolfo Domínguez, que ha cedido el testigo a sus hijas.
Ahora, el grupo textil emprende un proyecto nuevo cultivando lino, «que se incluirá en la próxima colección», dice la creadora de diseño, la cual adelanta que también trabajan con productores de algodón cultivado en España.
«Hemos comprado su producción y la hemos transformado en camisetas», dice Tiziana Domínguez, quien asegura que les gusta trabajar en proyectos que no solo cambian vidas, sino que también visibilizan ciertas cuestiones y formas de vida que están un poco en extinción, que son menos rentables, es decir con todo lo relacionado con lo natural.
La empresa, que ha reducido sus pérdidas un 6,6 % en su primer trimestre fiscal de 2025, cuenta actualmente con una red de 366 puntos de venta en 49 países, consolidando así su presencia global.
Adolfo Domínguez, que cumplirá 50 años de existencia en 2026, cotiza en la Bolsa española, donde es la decana del sector moda (cumple 28 años en el mercado), lo que la convierte en una de las textiles más longevas de España.
«Los puntos más fuertes están en Latinoamérica, Japón y España», ha aclarado la presidenta, quien ha reconocido que tienen un cliente muy fiel, pero se renueva mucho: la mitad de los clientes son todos nuevos; acaban de entrar por primera vez en la marca.