Santiago José Sánchez
Barcelona, 1 mar (EFE).- Una pregunta sencilla discurre a lo largo de las 337 páginas del libro: ¿Quién es Jordi Pujol? A través de 27 entrevistas a personas que coincidieron en mayor o menor medida con el expresident, el periodista Txema Seglers intenta responderla, y llega a una conclusión rotunda: “Hay un Pujol para cada generación”.
Publicado por Saldonar, ‘Pujol i jo. Les cares i les creus de l’home que ha transformat tot un país’ (‘Las caras y las cruces del hombre que ha transformado todo un país’) es un libro de entrevistas en el que también se entrecruza la historia personal de Seglers (Manresa, Barcelona, 1980).
“Yo no parto de una idea de Pujol. Parto de una pregunta de saber quién es Jordi Pujol. Otros intentan hacer un libro para argumentar una tesis. No es un libro de parte”, asegura Seglers en conversación con EFE.
En el libro hay testimonios de antiguos colaboradores de Pujol, como los exconsellers Miquel Sellarès, Irene Rigau o Xavier Trias; excompañeros de partido, como Miquel Roca o el expresidente catalán Artur Mas; y voces de intelectuales como Josep Ramoneda y Xavier Domènech.
Seglers asegura que la intención del libro es “pasar el espejo” por encima de la realidad y situar, al frente, al expresident.
Confesión y legado
El libro no esquiva la confesión de la fortuna oculta del expresident en Andorra, en verano de 2014, que a juicio del autor “rompe con todo lo que es su discurso moralizante”, lo que también puede afectar a su rehabilitación, impulsada por sectores de la extinta Convergència.
“Hay un interés en rehabilitar su figura. La parte moralizante quedará muy tocada, pero lo que quedará es la obra del autogobierno y la negociación con España”, argumenta Seglers.
El libro también resalta la visita de Pujol al sacerdote Josep Maria Ballarín, su confesor, después de hacer pública la carta sobre su fortuna, para buscar su absolución, lo que pone de manifiesto la “religiosidad del personaje”, sin la que no se habría entendido “su épica”.
Pujol contra Bocaccio
Los dos años y medio que Pujol pasó en la cárcel de Torrero (Zaragoza) le dieron una pátina que, en palabras del periodista Francesc Marc-Álvaro, le permitió entenderse con dirigentes históricos del PSUC como Gregorio López Raimundo.
En cambio, Pujol no se entendía con la burguesía progresista que se reunía en la discoteca Bocaccio de la calle Muntaner de Barcelona. “Esto me sorprendió en un primer momento. El libro ha sido casi como una novela de formación. Aunque luego entendí que Pujol no se entienda con figuras, por ejemplo, como Rosa Regàs”, reconoce.
Detrás de esta buena relación con dirigentes comunistas pudo haber, según Seglers, una estrategia política, “aunque hay quien dice que es como una manera de instrumentalizar a la izquierda”.
Cuatro horas con el expresident
El libro termina con una crónica en la que Seglers describe las cuatro horas que él y su editor pasaron con Pujol en su despacho de la calle Calàbria de Barcelona, en dos encuentros: el primero, a solas con el expresident, y el segundo, en presencia de su hijo Oriol.
Pero la historia de los Pujol no es la única que aparece en el libro: Seglers aprovecha la figura del expresident para hablar de su padre, que militó en Convergència, trabajó en Banca Catalana y se divorció en 1982, el mismo año que quebró el banco.
“Yo estaba pasando un momento de crisis, por la enfermedad de mi madre. Y entonces quise saber quién era ‘mi’ Jordi Pujol, quién era el hombre que fundó el banco en el que trabajó mi padre”, dice Seglers. Y llegó a una conclusión: “Hay muchos Pujols. Supongo que cada generación tiene al suyo”.