Tokio, 16 may (EFE).- El producto interior bruto (PIB) de Japón se contrajo un 0,2 % en el primer trimestre de 2025, lastrado por una caída de las exportaciones y la flacidez el consumo, los dos principales pilares de la economía del país asiático.
Es la primera desaceleración en cuatro trimestres para la cuarta economía mundial, que había crecido un 0,6 % intertrimestral en el último trimestre de 2024 y un 0,2 % y un 0,9 % en el tercero y el segundo, respectivamente, según los datos publicados este viernes por la Oficina del Gabinete del país asiático.
El factor que contribuyó principalmente a la contracción económica de Japón fue una caída del 0,6 % en las exportaciones, frente a un incremento de las importaciones, mientras que el consumo, que representa en torno al 60 % de la economía nacional, se mantuvo plano, lastrando el balance.
El gasto de los consumidores japoneses se ha visto mermado en los últimos meses por la aceleración de la inflación, que viene situándose por encima del objetivo del 2 % del banco central nipón desde hace prácticamente tres años.
Los precios subieron en Japón un 3,2 % en marzo -excluyendo los alimentos frescos, por su alta volatilidad-, tras los incrementos del 3 % y del 3,2 % de febrero y enero, respectivamente, mientras que los salarios reales promedio del país vienen decayendo.
A la flacidez del consumo se sumó una caída de las exportaciones entre los pasados enero y marzo, del 0,6 % intertrimestral, mientras que las importaciones se incrementaron un 2,9 %, un factor que ha golpeado especialmente a la economía japonesa en el actual contexto de debilidad del yen, que encarece el coste de sus compras.
Japón, de limitados recursos energéticos, es altamente dependiente de las importaciones de este tipo, cuyos costes se dispararon y se han mostrado volátiles por las tensiones geopolíticas.
El aumento de la inversión corporativa en el primer trimestre de este año, del 1,4 %, contribuyó en cierta medida a mitigar la contracción económica del país asiático, de acuerdo el informe.
Frente al aumento del desembolso del sector privado, la inversión pública disminuyó un 0,4 % en dichos meses.