Adrían Arias
Valladolid, 31 may (EFE).- Uno no deja nunca de ser policía y menos cuando el suceso ocurre ante tus ojos, como les ocurrió este viernes a los policías nacionales jubilados Joaquín Reyes y Claudiano López, que desarmaron y retuvieron al hombre que ayer asesinó a golpes a otro en Bembibre (León): “Estaba fuera de sí, era un animal”, comentan sobre este caso.
Para ambos era un viernes de tantos más y, como hacían de forma asidua desde su retiro, habían quedado para tomar un café en un establecimiento con vistas a la Plaza Santa Bárbara de este pueblo berciano: “Siempre nos sentamos en una mesa con vistas a la calle, así nos enteramos de que algo estaba pasando”, explica a EFE el policía retirado Joaquín Reyes.
Y lo que ocurría es que un hombre “con lo que parecía un tubo” estaba golpeando a otro “con mucha violencia” en el suelo, por lo que ambos exagentes no dudaron en ir corriendo hasta el lugar, momento en el que escuchó un disparo: “Entonces me di cuenta que no era un tubo, sino un arma de fuego casera”, explica Reyes, que reconoce que es “relativamente sencillo” fabricar este tipo de armas que utilizan munición de cartucho.
Entre los dos, los exagentes Reyes y López, amigos del pueblo y que compartieron durante años comisaría en Ponferrada (León) redujeron al autor de los golpes y del disparo, un hombre de 63 años que también resultó herido debido a la detonación, que también hirió a una tercera persona.
“Uno ya no tiene la misma fuerza que antes, pero conseguí arrebatarle el arma con una torsión del brazo”, explica Reyes, de 70 años, mientras que su compañero López, de 75 años, mantuvo inmovilizado al hombre.
Casos “muy crudos”, pero ninguno parecido
Con 42 años de oficio a sus espaldas, Reyes reconoce que durante su carrera profesional le tocó lidiar con casos “muy crudos”, como los que vivió cuando trabajaba en Madrid en seguridad ciudadana.
Concretamente, hay uno que no puede sacárselo de la cabeza: el accidente de avión de 1983 entre un avión de Iberia y otro de Aviaco en el que murieron 93 personas.
“Pero ninguno de estas características”, afirma Reyes, que aún recuerda esa adrenalina del momento de la detención del hombre: “Uno no deja nunca de ser policía y más si es algo tan vocacional como en mi caso”, reconoce.
Por ello, Reyes desliza uno de los grandes dilemas de los exgentes como él y es “cómo pasar de la vida activa al retiro”, algo que en su caso fue “algo duro”, aunque reconoce que ya ha sabido salir de esa situación: “La vida son etapas y soy consciente de que ya estoy en otra”, reflexiona.
Finalmente, tras lo ocurrido ayer, este exagente de la policía científica reconoce que ha recibido felicitaciones de excompañeros y miembros en activo, lo que es un “orgullo”. “Pero que sepan que lo hice porque me salió de dentro”, apostilla.