Paula Escalada Medrano
Madrid, 29 jun (EFE).- Falta menos de una semana para que arranque el XXI Congreso nacional del Partido Popular en el que Alberto Núñez Feijóo será reelegido presidente de la formación y en el que se aprobarán dos ponencias que servirán de hoja de ruta para conquistar Moncloa, que están siendo debatidas estos días entre bambalinas, sin hacer mucho ruido.
Y es que desde Génova el mensaje es claro: el PP está más «unido» y «tranquilo» que nunca y en el congreso que se celebrará entre el 4 y el 6 de julio en Madrid reinará la «serenidad», cuenta a EFE una fuente de la dirección que recuerda, como contraposición, aquellos tiempos previos a la llegada de Feijóo en los que los militantes quemaban su carné en las puertas de Génova.
Aunque «la izquierda mediática se frotaba las manos» -señala la fuente- pronosticando que los textos iban a revelar fricciones con el ala más dura que representan figuras como la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, no las ha habido ni las habrá.
El pasado jueves el PP informaba que las dos ponencias, la política -que recoge la visión ideológica y los principios- y la de estatutos -que define la estructura interna- habían recibido sólo 1.115 enmiendas, una cuarta parte de las presentadas en 2017, la última vez que se reformaron.
Según apuntó el partido en un comunicado, el menor número se debe al «amplio consenso» existente en una formación en la que es casi imposible encontrar voces discordantes, especialmente en público.
Ni siquiera Díaz Ayuso presentó una enmienda a la propuesta de primarias y se conformó con lo propuesto, pese a no cumplir con su deseo de «un militante un voto». En el PP madrileño insisten a EFE en que «hay un alto grado de consenso» en todos los temas.
El líder del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, ha sido una de las pocas notas disonantes al presentar enmiendas, entre ellas una que solicita límites para pactar un hipotético gobierno con partidos que busquen «subvertir el orden constitucional».
Fuentes populares señalan a EFE que se está negociando y que son «optimistas» de que «habrá acuerdo» pronto para que se incluyan las modificaciones y se evite cualquier choque público.
Estos días se negocia con los autores de las enmiendas para valorar si pueden introducirse en el texto a través de una transaccional y evitar que se debatan en el congreso.
¿Unas ponencias descafeinadas?
El portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Dani Sirera, ha formado parte del equipo que ha elaborado la ponencia de estatutos y, en su opinión, la baja oposición muestra que la gente en general «está contenta con lo que está haciendo Feijoo», explica a EFE.
En las enmiendas que han recibido, detalla, «hay una voluntad de ayudar, de mejorar, de aportar, de ser parte del cambio».
En las ponencias se reforma el sistema de primarias y se habla de temas sensibles como la inmigración, pero se han dejado fuera otros espinosos que podían haber generado fricciones como son el aborto o la eutanasia. Tampoco se menciona directamente a Vox y los posibles pactos, aunque a priori se rechazan los llamados «cordones sanitarios».
En Génova se resta importancia a esta ausencia de asuntos polémicos y se afirma que Feijóo ya ha mostrado «arrojo» al reformar las ponencias, cuando no tenía por qué hacerlo. Ni siquiera se han recibido enmiendas sobre temas como el aborto y la eutanasia, aseguran.
La comparación, un plus para el PP
Feijóo decidió hace unas semanas adelantar el cónclave, sin saber -pero intuyéndolo- que las cosas iban a complicarse para Pedro Sánchez por el caso Koldo.
Y es que a unos kilómetros de IFEMA, el recinto ferial de Madrid donde se celebrará el congreso, el sábado 5 tendrá lugar el Comité Federal del PSOE en el que se anunciará el reemplazo del imputado Santos Cerdán y las medidas para tratar de superar la crisis.
¿Quedará, con esto, opacado el congreso con el que el PP pretendía dar un impuso a Feijóo y su conquista de la Moncloa? Sí, pero en Génova no importa.
«Le cedemos las portadas a Sánchez», apuntan. En la prensa habrá dos piezas, la del PP unido en IFEMA y la del PSOE «en el ring», en plena «guerra civil interna». Esa comparación, señalan, será un plus y una victoria en sí misma. EFE
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