El primer ministro de Nepal renuncia tras 24 horas de masivas protestas y muertes
Katmandú, 9 sep (EFE).- El primer ministro de Nepal, K.P. Sharma Oli, presentó su dimisión este martes tras un levantamiento juvenil de 24 horas que ha provocado el colapso de su Gobierno, una revuelta que se ha cobrado la vida de al menos 19 personas en la represión más sangrienta de la historia democrática reciente del país. Sin embargo, la renuncia de Oli no ha calmado la situación en las calles, y las protestas han continuado en la capital incluso después de conocerse la noticia. La chispa de las protestas fue la prohibición de 26 plataformas de redes sociales, incluyendo Facebook, YouTube y X, por no cumplir con una nueva ley local. Oli defendió la medida declarando que «la independencia de la nación es más importante que la pérdida de empleos». Sin embargo, para los jóvenes nepalíes la decisión fue un ataque a su libertad de expresión, a la comunicación y a sus pequeños negocios. El combustible de fondo era la frustración con la corrupción endémica. En las semanas previas, vídeos virales en TikTok contrastaban los lujosos estilos de vida de los hijos de los políticos con las dificultades del nepalí medio. Las protestas callejeras comenzaron el lunes, cuando miles de jóvenes se manifestaron en la capital. Tras la ruptura de varias barricadas policiales, la respuesta de las autoridades escaló del uso de cañones de agua y gases lacrimógenos al fuego con munición real. El levantamiento se extendió por todo el país, dejando un saldo de al menos 19 muertos y más de 347 heridos, según datos hospitalarios recopilados por EFE. La cifra de fallecidos en un solo día es superior a las víctimas registradas en los movimientos democráticos de Nepal de 1990 y 2006. El Gobierno revocó la prohibición de las redes sociales, pero la violencia continuó. Multitudes desafiaron los toques de queda e incendiaron la residencia privada de Oli, además de atacar las viviendas de otros ministros y líderes de la oposición. Como consecuencia de los disturbios, el tráfico aéreo quedó paralizado. El gerente general del aeropuerto de Katmandú, Hansa Raj Pandey, confirmó a EFE la suspensión de vuelos internacionales y nacionales por razones de seguridad. La crisis en el gabinete se agudizó con la dimisión de los ministros de Interior, Agricultura y Sanidad. A esto se sumó el abandono de la coalición por parte de 21 diputados del Partido Rastriya Swatantra. Simultáneamente, la oposición exigió la renuncia de Oli, al que consideró «moralmente responsable» de las muertes. Naciones Unidas y Amnistía Internacional han condenado la represión y exigen una investigación independiente. La dimisión pone fin al cuarto mandato de Oli, una de las figuras más dominantes y controvertidas de la política nepalí. Veterano político forjado en la lucha contra la monarquía, por la que pasó catorce años en prisión, Oli se hizo conocido por su estilo de confrontación y su habilidad para sobrevivir a constantes crisis parlamentarias, aunque finalmente ha sido un levantamiento en las calles lo que ha forzado su caída.