El RCD Mallorca 25-26, un disco rayado antes de estrenar

Pablo Torre, durante la pretemporada. EFE/Cati Cladera

Palma, 12 ago (EFE). – El RCD Mallorca arranca la temporada 25-26 inmerso en un mar de dudas, especialmente en el entorno social, y con gran parte de los problemas arrastrados del final de la pasada campaña.

Bien es cierto que la llegada de Pablo Torre sirvió como un faro de esperanza para la parroquia bermellona por su lugar de procedencia y la calidad que se le presupone, pero la lentitud en el mercado y la falta de movimientos han generado una tensión añadida que puede causar problemas en un futuro cercano.

Sin ir más lejos, el mensaje de Jagoba Arrasate en el Trofeu Ciutat de Palma fue muy corto pero lo suficientemente directo para hacer ver que uno de sus primeros objetivos este año es volver a acercar a equipo y afición: «Las cosas salen mejor si estamos todos unidos y nosotros somos los primeros que nos tenemos que aplicar».

El calendario inicial tampoco ayuda al debutar contra el vigente campeón, el Barcelona, y enfrentarse también a Real Madrid y Atlético de Madrid en las primeras cinco jornadas.

El Mallorca, con sus 18 puntos en la segunda vuelta de la 24-25, causó una gran decepción entre sus aficionados que provocó momentos incómodos como los vividos en su último encuentro liguero como locales, donde Pablo Maffeo y Cyle Larin se encararon con la grada y dejaron patente que su etapa en la isla estaba al borde de su final.

A pocos días de que se estrene una nueva temporada, los dos continúan en la disciplina bermellona y ya se han llevado la sonora pitada de todo el Estadio Mallorca Son Moix en la presentación del equipo, que sentenció a dos jugadores que deben buscarse acomodo de aquí al final del mercado.

Con el capítulo de salidas pendiente de cerrarse y a la espera de conocer si tendrá más invitados en lo que queda de agosto, los futbolistas que ya han abandonado la isla son Robert Navarro, Valery Fernández, Chiquinho, Copete y Van der Heyden.

Estos dos últimos defensas han dejado cerca de siete millones de euros en las arcas del club, una cifra muy alta viendo que eran los centrales suplentes con la presencia de Valjent y Raíllo, una pareja que se espera que sea la habitual otro año más en Mallorca.

Donde sí que habrá un vuelco esta temporada es en la portería tras la renovación de Leo Román hasta 2030. El guardameta ibicenco, que jugó siete partidos de la última liga, ha desbancado a Dominik Greif y será el defensor del arco balear, mientras que el eslovaco deberá buscarse destino tras la renovación de Iván Cuéllar y la llegada del joven finlandés Lucas Bergström procedente del Chelsea.

Aún queda por ver cómo se refuerza la parcela ofensiva, carente de extremos después de que las cesiones de Chiquinho y Valery no fueran fructíferas y la salida de Robert Navarro rumbo al Athletic Club.

La vuelta de cesión de Javi Llabrés y Dani Luna de Eldense y Cartagena, respectivamente, menguan el vacío y serán piezas útiles de rotación para Arrasate, pero el equipo necesita jugadores de un nivel contrastado en los costados para evolucionar y acercarse más a la idea del técnico de Berriatúa.

Una de las incógnitas a resolver en los próximos meses será la de Mateo Joseph, el joven delantero internacional con la sub-21 que llega cedido del Leeds United y vivirá su primera experiencia en LaLiga EA Sports, pudiendo ser un buen revulsivo de Vedat Muriqi e incluso un complemento en el once titular.

El kosovar espera recuperar su mejor cara tras dos años en los que las lesiones y el bajo rendimiento han marcado gran parte del camino, siendo parte de la columna vertebral que formará junto a Román, Raíllo y Darder.

El centrocampista mallorquín volverá a erigirse como el máximo responsable de elaborar juego en la sala de máquinas, aunque la compañía de Torre ha generado cierta expectación por la química que puedan crear sobre el césped.

Sobre las espaldas del jugador cántabro recaerá la responsabilidad de elevar el techo de un equipo que se pasó gran parte del último año en posiciones europeas, pero se cayó a falta de dos jornadas.