Valladolid, 29 jun (EFE).- «El rey», Arturo Coello, ha logrado su primer título en la Plaza Mayor, ya que el pasado año se hizo con el Oysho Valladolid, pero en el pabellón Pisuerga, de la mano de un magnífico Agustín Tapia, que realizó un gran partido, marcado por la lesión de Lebrón.

Stupa-Lebrón saltaron a la pista de la Plaza Mayor vallisoletana con todo, sin miedo y con la intención de impedir que «el rey» y «el mozart» sumaran su vigesimotercer título del circuito, mostrando su mejor versión, sobre todo, Stupa.
Metieron presión desde el inicio ante los números uno del mundo y dejaron a cero el quinto juego, lo que ratificaba la ambición con la que llegaban a esta final del Oysho Valladolid, pero Coello jugaba en casa, y eso se notaba.
Los 5.000 espectadores que se dieron cita en el escenario disfrutaron de un gran espectáculo y temieron por su compatriota cuando Stupa y «el lobo» rompían el octavo juego, para ponerse con un 3-5.
Pero Coello y Tapia demostraron por qué son los dominadores actuales del pádel y, sin pausa, rompieron el servicio de Stupa, gracias a la buena defensa del jugador argentino y de la capacidad del vallisoletano para ocupar todos los espacios.
La remontada no cesó, y los de Gustavo Pratto volvían a conseguir un «break» para ponerse con ventaja en el primer set. Tapia no falló su servicio y, merced a varios errores no forzados del rival, se impusieron por 7-5.
Lebrón, quien protagonizó un polémico encontronazo con su compañero durante los octavos de final de este torneo, tuvo que solicitar los servicios del fisioterapeuta, lo que dio más respiro a los protagonistas, tras la intensa primera manga.
Curiosamente, fue Stupa el que más aportó al juego, ante los números uno, que no perdonaron en el segundo set y rompieron el servicio del argentino a las primeras de cambio, aprovechando la falta de entendimiento de sus rivales.
Coello y Agustín Tapia lograron un parcial de 5-0, ante el que los números tres del mundo tenían que reaccionar, y lo hicieron, para ponerse con un 2-3, ante unos contrincantes que apenas ofrecían espacios.
El calor provocaba que la pelota fuera más rápida, lo que derivó en espectaculares golpes y en una gran intensidad sobre la pista vallisoletana, en la que se seguían hallándose más cómodos Tapia y Coello.
Además, Lebrón daba evidentes muestras de dolor en la zona lumbar, lo que frenaba su capacidad para responder al cien por cien pero, aún así, plantó cara, junto a Stupaczuk, a la pareja más potente del pádel.
Al final, Coello y Tapia conseguían adjudicarse la segunda manga por 6-4 y, con ella, el título del Oysho Valladolid que, para Arturo Coello, suponía algo muy especial, puesto que era la primera vez que el jugador local lo lograba en la Plaza Mayor.
Se mantiene así el reinado de la pareja hispano-argentina, que no parece tener fisuras, porque no solo es capaz de tomar ventaja, sino también de remontar cuando las cosas se ponen difíciles, como sucedió en la prueba vallisoletana.
Inés Morencia