Alcalá de Henares (Madrid), 23 abr (EFE).- Felipe VI ha reivindicado los valores de la claridad, la bondad y la verdad de la literatura de Álvaro Pombo, Premio Cervantes 2024, y ha asegurado: “Vivimos días inciertos que piden claridad; días duros –y para muchos, aciagos─ que demandan bondad; días de confusión que reclaman verdad”.

En su discurso tras entregar este miércoles el Premio Cervantes 2024 a Álvaro Pombo en la ceremonia celebrada en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, el rey ha recalcado que los valores de la claridad, la bondad y la verdad deben guiar en los tiempos actuales como faros “en una búsqueda incesante”.
Porque “con la claridad del maestro”, Álvaro Pombo “nos habla, en su obra, de la bondad y la verdad”, y por eso, ha dicho el rey, este premio Cervantes, el más alto galardón de las letras españolas, es, “además de merecido, beneficioso para la sociedad en su conjunto”.
Y ha recordado cómo el premiado trajo de la poesía a la novela “su peculiar amor por la palabra exacta” y cómo la pasión por la verdad le ha hecho interesarse por la historia como tema literario, como se ocupó de las cruzadas en ‘La cuadratura del círculo’, de la aventura mexicana de los cristeros en ‘Una ventana al norte’ y de la guerra civil española ‘en Santander, 1936’.
La novela ha sido también para Pombo una manera de contar la verdad de las relaciones humanas, “de sus amores, de sus odios”, ha agregado el rey, quien ha hecho notar -con el permiso del autor- “que la edad le ha conferido un noble aspecto quijotesco”.
“En este afán de encontrar la verdad narrativamente hallamos la lección más profunda de la obra de Álvaro Pombo, la que deberíamos aprender todos. Lo importante es comprender lo que pasa y lo que nos pasa. Y en el ámbito social, comprendernos. Después podremos juzgar, pero antes tenemos que comprender”, ha considerado Felipe VI.
Un interés sobre la verdad, del que tiene como precedente a Miguel de Cervantes y sobre la que, ha rememorado, también habló en Alcalá de Henares el recientemente fallecido Mario Vargas Llosa al recoger su Cervantes en 1994, cuyas palabras ha citado “como recuerdo y homenaje a su inmensa figura”, al igual que también lo ha hecho el ministro de Cultura, Ernest Urtasun.
Sobre el interés poético del escritor santanderino por la bondad, el rey ha dicho que resulta “sorprendente”, porque que la maldad en el ámbito literario ofrece más posibilidades. Y considera que “parece contracorriente ese interés por los personajes buenos, por la santidad, que considera una misteriosa posibilidad del ser humano”.
Pero, ha advertido Felipe VI, Pombo “no es un ingenuo. No piensa que todo el mundo sea bueno, sino que sería deseable que lo fuera” y así, ha retratado con profundidad personajes malvados en alguna de sus obras (…), pero “siempre ha presentado la maldad como un fracaso, como una oportunidad perdida, insistiendo en la vulgaridad del mal. No hay en él nada grandioso. En cambio, la bondad le parece lo inaudito, lo brillante, la gran creación”.
Y se ha referido también al humor del autor galardonado, quien “consciente del dramatismo de la vida, ha defendido la importancia del humor, y está convencido de que la sabiduría consiste en venerar las cosas serias y en reírse de todo lo demás, incluido uno mismo”.