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El Rijksmuseum convierte su fachada y auditorio en un cine de la Ámsterdam ocupada

Foto de archivo del director británico Steve McQueen. EFE/EPA/ANDY RAIN

Ámsterdam, 11 sep (EFE).- El Rijksmuseum se transforma desde este viernes en un cine con la proyección ininterrumpida de una versión de 34 horas de ‘Ciudad Ocupada’, largometraje del director británico Steve McQueen, que destaca las cicatrices que dejó la ocupación nazi en la capital neerlandesa entrelazadas con imágenes de la vida cotidiana actual.

El auditorio del Rijksmuseum proyectará durante su horario de apertura la versión íntegra con narración en inglés y subtítulos en neerlandés, que recorre más de 2.000 direcciones para contar escenas de quienes vivieron, resistieron o murieron en esos lugares durante la guerra. En paralelo, una versión silenciosa podrá verse de forma continua en la fachada sur del museo hasta el 25 de enero.

Cicatrices invisibles

La obra se basa en el libro «Atlas de una ciudad ocupada: Ámsterdam 1940-1945», de la historiadora neerlandesa Bianca Stigter, pareja de McQueen. La versión más corta, de unas cuatro horas y media, se estrenó en Cannes hace dos años.

«En Ciudad Ocupada, McQueen entrelaza las cicatrices invisibles de la Segunda Guerra Mundial con el ritmo contemporáneo de Ámsterdam (…) Las ubicaciones que vemos aquí en su belleza son en realidad lugares que fueron testigos de los horrores de la guerra», afirmó el director del Rijksmuseum, Taco Dibbits.

McQueen, ganador de un óscar por «12 años de esclavitud», explicó que su objetivo es dar peso a lo que se esconde tras lo cotidiano: «Al principio, uno no tiene idea del contexto, pero cuando se conoce la historia detrás de una imagen, esa imagen adquiere un peso enorme», señala el cineasta, para quien «vivir en Ámsterdam es como vivir con fantasmas: siempre hay dos o tres narrativas paralelas en juego; el pasado siempre está presente».

Este proyecto empezó hace dos décadas, cuando el cineasta se instaló en la ciudad y tuvo la sensación de convivir con esas «historias fantasma», pero la escritura del Atlas por Stigter fue decisiva. «Escuché el tecleo de Bianca y pensé que eso podía ser la banda sonora: el pasado en el texto y el presente como es ahora», relató.

En declaraciones a Efe, McQueen describió la instalación como «una ciudad dentro de la ciudad» y destacó la fuerza simbólica de proyectar su obra en la fachada del Rijksmuseum: «Dentro se retrata la vida de siglos pasados. Fuera, en la fachada, la vida contemporánea. Me encanta porque es un espacio fluido, de tránsito, pero también reflexivo. Ver quiénes somos hoy en el contexto de este edificio es algo poderoso».

Palestina, Ucrania, Sudán…

La película no solo evoca los horrores del pasado -con la deportación y asesinato de unos 60.000 judíos de Ámsterdam, además de gitanos y otros perseguidos-, sino que también captura escenas del presente, grabadas entre 2020 y 2023 en plena pandemia de covid-19, y durante las protestas de ‘Black Lives Matter’ y las marchas climáticas. «Empezamos a rodar y llegó la pandemia, así que la incorporamos. Captamos el mundo tal cual era», señaló McQueen.

Durante la proyección, la narración muestra la mezcla de ingenio, valentía y tragedia que marcó el Ámsterdam ocupado.

Se recordaron historias de fotógrafos y estudiantes que, con cámaras escondidas bajo sus abrigos o con documentos ocultos en corsés y vientres falsos, arriesgaron su vida para sostener la resistencia. Aparecen relatos como la fuga de un detenido por la ventana de un baño poco antes de la liberación del país, las protestas de mujeres por la comida racionada, o la represión encarnada en un carnicero judío, abatido tras intentar escapar nadando.

La iniciativa coincide con los 750 años de Ámsterdam y el 80 aniversario de la liberación de Países Bajos. «Estamos aquí para mostrar belleza, pero también para mostrar las cicatrices ocultas de la historia, porque eso es lo que somos como seres humanos», resumió Dibbits.

McQueen conectó esa reflexión con la actualidad internacional, instando a ser «conscientes» de las similitudes entre pasado y presente: «No podemos ignorar lo que pasa en Palestina, en Ucrania, en Sudán… Parece que repetimos la historia. Como artista nunca me he sentido más útil que ahora». ¿Y cómo sienta ver repetirse esa historia? «Pues mal, ¿cómo podría sentirme? Nada bien», lamentó.

El 11 y 12 de octubre, el Rijksmuseum abrirá jornadas especiales para proyectar en el auditorio la película completa en una sesión continua de 34 horas. El resto de días, los visitantes podrán entrar y salir para ver fragmentos tanto en el interior como en la fachada.

Imane Rachidi