Madrid, 28 abr (EFE).- Europa en general, y España en particular, necesitan poner en marcha los mecanismos necesarios para potenciar la transferencia del conocimiento que se hace en sus centros de investigación hacia productos biotecnológicos innovadores, que son fundamentales para que Europa sea autosuficiente en sectores como la salud, la agroalimentación o la bioeconomía.
Esta es la idea subrayada hoy por algunas de la voces más relevantes de la biotecnología en España, reunidas hoy por la Asociación Española de Bioempresas (AseBio) en un debate sobre el papel del sector en la autonomía estratégica de Europa, en el que se ha presentado también BIOSPAIN 2025, la gran cita de la innovación.
El evento, que se celebrará en Barcelona entre el 7 y 8 de octubre en colaboración con la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona y Biocat, la entidad que coordina y promueve el sector de las biociencias en Cataluña, pretende impulsar la biotecnología ‘made in Spain’ y las alianzas público privadas dentro y fuera de España.
“Esta edición será clave para comprender los principales retos que afronta el sector biotecnológico, desde la investigación hasta la comercialización de innovaciones disruptivas, y cómo estos desafíos nos impulsan a encontrar soluciones colaborativas y sostenibles”, ha destacado Rocío Arroyo, presidenta de AseBio.
Autosuficiente biotecnológica
Los expertos han coincidido en que en el contexto geopolítico actual, se refuerza la idea, que ya evidenció la pandemia, de que Europea tiene que ser autosuficiente en el sector de la biotecnología y no depender de agentes externos en un área tan estratégica.
Marina Pollán, directora del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), ha hablado de la necesidad de “vertebrar la investigación” para acelerar la transformación de la ciencia en innovación.
“La pandemia puso de manifiesto que necesitábamos más estructura empresarial en el ámbito biotecnológico”, ha incidido Pollán, quien considera que se hace imprescindible “establecer diálogos tempranos entre los agentes del ámbito investigador y empresarial, y fomentar la confianza y colaboración entre entornos público y privados”.
“Tenemos el talento y el potencial, el reto es crear vehículos que favorezcan la colaboración público privada en los centros de investigación” porque solo así “acabarán llegando al mercado los resultados y productos de esa investigación”, ha apuntado Carles Fábrega, director de la empresa biotecnológica HIPRA Human Health.
“La biotecnología es vital para Europa como región. Nos hemos acostumbrado demasiado al que inventen ellos y hemos de revertir esa tendencia. Europa tiene que creerse que tiene toda la capacidad de contar con la cadena de valor completa”, ha dicho Isabel Portero, CEO de la pyme Biohope.
A su juicio, hay que “fomentar los instrumentos para facilitar la entrada de la innovación en sistemas como el de la salud. Una buena idea que nace en un hospital necesita de una pyme, por ejemplo, pero nadie puede recorrer el camino por si solo”.