Washington, 3 oct (EFE).- El Senado de Estados Unidos rechazó este viernes de nuevo dos propuestas presupuestarias, una de los republicanos y otra de los demócratas, para poner fin al cierre del Gobierno federal, que empezó el miércoles.

Como sucedió el martes y el miércoles, ninguna de las dos propuestas consiguió el respaldo necesario de los 60 senadores para salir adelante. La presentada por los republicanos fue de 54 votos contra y 44 votos a favor; y la de los demócratas obtuvo 52 en contra y 46 favorables.

Los senadores demócratas John Fetterman, de Pensilvania, y Catherine Cortez Masto, de Nevada, rompieron la disciplina de voto de su partido y apoyaron la propuesta republicana, también el senador independiente de Maine, Angus King, como hicieron en las anteriores votaciones.
Sin embargo, el senador republicano Rand Paul, de Kentucky, votó en contra.
Esta falta de consenso entre los senadores alarga el cierre del Gobierno mientras que agencias federales permanecen cerradas y cientos de empleados no pueden trabajar.
No se espera que haya más votaciones en lo que queda de jornada ni durante el fin de semana, así que, salvo cambio, el Gobierno federal permanecerá cerrado hasta el próximo lunes.
Para dar su apoyo al proyecto presentado por los republicano, los demócratas piden que se renueven los subsidios del programa sanitario Obamacare que expiran este año y que se revoquen los recortes en materia de salud recogidos en la ley presupuestaria que impulsó el presidente, Donald Trump, la Big Beatiful Bill.
Los republicanos, por su parte, les acusan de querer cerrar el Gobierno intencionadamente y de querer dar atención médica a inmigrantes indocumentados.
«No hay nada que negociar», dijo el líder del Senado, el republicano John Thune, en una rueda de prensa antes de la votación.
Pese a que los republicanos controlan el Senado, la Cámara de Representantes y la Casa Blanca, los demócratas están aprovechando su minoría en la cámara alta para presionar a los de Trump que, aunque tienen mayoría, necesitan al menos siete votos de los liberales para llegar a los 60 votos necesarios.
Mientras tanto el mandatario ha amenazado con aprovechar esta situación para continuar reduciendo la administración pública y ha ordenado a la Oficina de Gestión y Presupuesto ha ordenado a las distintas agencias que identifiquen programas clasificados como no esenciales para activar despidos si la paralización federal se prolonga.