Madrid, 17 mar (EFE).- El sol no se pone en el imperio del rugby francés; en Europa, claro. El triunfo de la selección gala en el Seis Naciones finalizado el pasado sábado ha puesto de manifiesto que, hoy en día, al menos en el Viejo Continente, nadie juega a este deporte como lo hacen los galos.
Francia ha protagonizado un Seis Naciones en el que solo ha perdido un encuentro en la segunda jornada, ante Inglaterra, en Londres, y lo hizo de una forma dramática en el sentido de que el XV de la Rosa se impuso por orgullo en los últimos minutos y por ese sentido práctico y competitivo que tienen los británicos.
Como suele ser habitual, si el XV del Gallo vence, lo hace desarrollando un juego a la mano espectacular y ofensivo. “El rugby champagne”. En la edición de 2025 lo ha hecho así, pero también con una defensa asombrosa.
Inició el torneo con un 43-0 a Gales, en París; cayó por un punto en Londres con un ajustado 26-25; y arrolló a una emergente Italia a domicilio con un 24-73; y triunfó en Dublín en el choque clave ante la campeona de 2023 y 2024, Irlanda, con un rotundo 27-41.
En la última jornada, el pasado sábado, Escocia (35-16) solo le aguantó la primera parte.
La derrota frente al XV de la Rosa le ha privado de hacerse con el Grand Slam, que premia al que vence sus cinco partidos.
El seleccionado de Fabien Galthié ha sumado el bonus ofensivo, lo hace el que cruza la línea de marca en cuatro o más ocasiones, en todos los encuentros, salvo en el único que perdió, el disputado en Twickenham. Estos puntos extra han sido determinantes a la hora de que los franceses se hicieran con su séptimo título del Seis Naciones desde que esta competición tiene esta denominación cuando Italia, en el año 2000, entró en liza.
Pero el dominio de Francia en el rugby continental va mucho más allá de los éxitos de su selección. Su cantera es inagotable y no paran de producir “bueno y bonito”. Antoine Dupont, un icono nacional y que sufrió la rotura de los ligamentos cruzados de su rodilla derecha frente a Irlanda, Damian Penaud, Uini Atonio, Thomas Ramos, Romain Ntamack y Gael Fickou, entre los veteranos, o los jóvenes Louis Bielle-Biarrey o Nolann Le Garrec, por citar solo algunos.
Y si hay lesiones, como es el caso del medio de melé titular, la profundidad del banquillo es sobresaliente. Ahí está Maxime Lucu, que no desmereció frente a Dupont en los dos encuentros en los que le sustituyó.
La Liga francesa, el Top 14, es la más importante de Europa, probablemente, del mundo. Y sus clubes los más laureados en las competiciones continentales. El Stade Toulousain, en lo más alto del palmarés, suma seis titulos de la Copa de Europa y el RC Toulon es el cuarto de la tabla con tres títulos.
De la plantilla de la entidad de Toulouse forma parte media selección gala: Dupont, Ntamack, Meavuaka, Cros, Marchand o Ramos, entre otros.
Les bleus, no podía ser de otra forma, se llevaron la medalla de oro en el torneo olímpico de París 2024 al vencer (28-7) a Fiyi
En el debe de estas magnificas generaciones de jugadores, figura algo que ya no tiene remedio: la eliminación en “su” Mundial, el de 2023, en el que cayeron en cuartos de final ante Sudáfrica, a la postre campeona.
Fernando Castán