Granada, 1 jul (EFE).- El telescopio espacial Plato, de la Agencia Espacial Europea (ESA), ha completado una fase clave en su camino hacia la búsqueda de exoplanetas, aquellos que orbitan una estrella diferente al Sol y que, por lo tanto, no pertenecen al sistema solar.
Así, ha superado recientemente una de las fases más delicadas de su desarrollo: la integración de sus componentes principales, las 26 cámaras científicas y el módulo de servicio que alberga toda la electrónica de adquisición, procesamiento y control del instrumento.
Con este avance, la misión da un paso más hacia el inicio de la búsqueda de planetas potencialmente habitables alrededor de estrellas similares al Sol, ha informado este martes el Instituto Andaluz de Astrofísica (IAA-CSIC), que colabora en el proyecto junto al El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
Ambos han contribuido al diseño y fabricación del sistema electrónico de la unidad principal del telescopio, conocida como Main Electronic Unit (MEU).
Cada una de las 2 cajas con las que cuenta esta unidad, esencial para el procesamiento de los datos científicos, incorpora seis ordenadores de procesamiento (NDPU), enrutadores SpaceWire y fuentes de alimentación (MEU-PSU) desarrolladas por el equipo de ingeniería del IAC. .
Para responder a preguntas como si existen planetas parecidos a la Tierra, si giran en torno a estrellas similares al Sol o cómo se forman y evolucionan los sistemas planetarios, la Agencia Espacial Europea lanzará a finales de 2026 la misión Plato 2.0 (Planetary Transits and Oscillations of stars).
A partir de 2027, esta misión comenzará su exploración de planetas más allá del Sistema Solar, con especial atención a aquellos de tamaño similar a la Tierra que orbitan estrellas similares al Sol.
En los últimos 15 años, las misiones espaciales fotométricas de alta precisión, desarrolladas por las principales agencias espaciales del mundo, han impulsado avances significativos en física estelar y en ciencia exoplanetaria.
En este contexto, la innovadora misión Plato 2.0 ha sido diseñada para descubrir planetas potencialmente habitables alrededor de estrellas similares al Sol.
Su objetivo es estudiar en detalle miles de exoplanetas, con especial atención a los de tipo terrestre-rocosos y compuestos principalmente de silicio, oxígeno y metales, en contraste con los gigantes gaseosos como Júpiter o Saturno.
Según explica Javier Pascual, jefe del Grupo de Variabilidad Estelar del Instituto de Astrofísica de Andalucía y miembro del consorcio Plato España, «Plato, con su gran campo y su precisión sin precedentes, permitirá caracterizar exoplanetas similares a la Tierra y sentará las bases científicas para entender el lugar que ocupamos en el universo».
En este pasado mes de junio, la misión alcanzó un hito clave: los dos componentes principales de su telescopio han sido integrados en las instalaciones de la empresa aeroespacial y tecnológica OHB, en Oberpfaffenhofen (Alemania).
«Casi ocho años después de que la ESA diera luz verde a la misión Plato, tanto el satélite como su exclusivo telescopio con 26 ‘ojos’ se han completado según lo previsto”, señala Heike Rauer, directora científica de la misión por parte de la Freie Universität Berlin.
Según Rauer, se trata de un gran logro: «A diferencia de muchos otros telescopios espaciales, Plato no se basa en una única cámara compleja, sino que funcionará con un conjunto de 26 cámaras en total», apunta.
Este innovador sistema permitirá a Plato observar unas 250.000 estrellas en busca de planetas que puedan estar orbitando a su alrededor. Las cámaras han sido construidas y probadas por distintos países miembros del consorcio de la misión.
La participación española en Plato es amplia y está coordinada por un consorcio que incluye al IAC, el IAA, el Centro de Astrobiología (CAB-CSIC/INTA), el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), el Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC), la Universidad de Granada (UGR) y la Universidad de Valencia (UV)-