La Habana, 27 jul (EFE).- Muchas familias cubanas han encontrado en la ruta ferroviaria que sale a las playas del Este de La Habana una alternativa económica este verano ante la crisis del transporte público y los elevados precios de los taxis.
“Es tremenda opción para mí, porque puedo llevar a mis nietas a la playa sin gastar tanto dinero. Un carro (taxi particular) nos cobra como 500 pesos (4 dólares, al cambio oficial) y este apenas 35 pesos (29 centavos de dólar)”, explica a EFE Iraida González, una de las pasajeras.
El “tren de la playa”, como se le conoce popularmente, parte de una estación en La Habana Vieja, en el centro de la ciudad, y recorre durante cerca de dos horas los 70 kilómetros de tramo ferroviario hacia la playa de Guanabo, una de las más visitadas por los cubanos.
El itinerario incluye paradas en otros balnearios como Bacuranao y Tarará y las salidas programadas son de martes a domingo a las 9 de la mañana. El regreso a la capital es hasta las 6 de la tarde.
El desgaste de la locomotora y los tres coches -con capacidad total de 144 pasajeros- o el cerca de un kilómetro que hay que caminar desde la estación hacia la playa, no son impedimentos para estas familias cubanas adaptadas a vivir en un país en crisis.
“Es incómodo porque los asientos están mojados y duros, pero sigue valiendo la pena por lo económico que es”, asegura un joven después de bajarse del tren acompañado por sus amigos con bocina de música en mano, toalla y pomos con agua.
Aunque no cubre toda la demanda de viajeros en los meses de verano -julio y agosto-, estos cubanos agradecen la iniciativa gubernamental que cada año intenta ser una solución al alcance de sus bolsillos.
Transporte público en crisis también

Cuba atraviesa desde hace años una crisis en todos los ámbitos, incluido el sector del transporte público. Según datos oficiales, sólo en La Habana, más de la mitad de la flotilla (poco menos de 900 vehículos) no funciona y la falta de combustible empeora aún más la situación.
El problema de movilidad se origina, entre otras razones, por la imposibilidad de reparar las unidades viejas -ya sea por no poder comprar las piezas o importarlas-, así como los cíclicos déficits de combustible por los que suele pasar el país.
El uso del transporte público en 2024 cayó más de un 12 % y el de mercancías hasta un 19 % en comparación con el año anterior, informó en marzo la Oficina Nacional de Información y Estadística (Onei).
En total, el número de viajeros pasó de 1.006,4 millones entre enero y diciembre de 2023 a 882,2 millones en ese mismo periodo, pero de 2024.
El ministro cubano de Transporte, Eduardo Rodríguez, alertó durante el pódcast del presidente, Miguel Díaz-Canel, que “si hablamos del transporte de pasajeros, que es lo que toca directamente a la población, estamos en uno de los peores momentos de los últimos años”.
