El urbano español asalta los estadios con Natos y Waor: «Esto es un puñetazo en la mesa»

Natos (i) y Waor, el dúo madrileño que en 2018 fue noticia por llevar el rap a un espacio de masas para 11.000 personas, lleva este sábado lo que nació como un humilde proyecto y se ha mantenido al margen de multinacionales hasta el estadio Metropolitano para un concierto con casi 60.000 asistentes. "Ni soñábamos con ello", reconocen en una entrevista con EFE, sentados en el graderío del campo del Atlético de Madrid frente al impresionante despliegue técnico y logístico que han montado como escenario estos dos artistas que hace 15 años alumbraron su sueño en el barrio obrero de Aluche. EFE/ Sergio Pérez

Javier Herrero.

Natos (i) y Waor, el dúo madrileño que en 2018 fue noticia por llevar el rap a un espacio de masas para 11.000 personas, lleva este sábado lo que nació como un humilde proyecto y se ha mantenido al margen de multinacionales hasta el estadio Metropolitano para un concierto con casi 60.000 asistentes. "Ni soñábamos con ello", reconocen en una entrevista con EFE, sentados en el graderío del campo del Atlético de Madrid frente al impresionante despliegue técnico y logístico que han montado como escenario estos dos artistas que hace 15 años alumbraron su sueño en el barrio obrero de Aluche. EFE/ Sergio Pérez

Madrid, 6 jun (EFE).- Natos y Waor, el dúo madrileño que en 2018 fue noticia por llevar el rap a un espacio de masas para 11.000 personas, lleva este sábado lo que nació como un humilde proyecto y se ha mantenido al margen de multinacionales hasta el estadio Metropolitano para un concierto con casi 60.000 asistentes.

«Ni soñábamos con ello», reconocen en una entrevista con EFE, sentados en el graderío del campo del Atlético de Madrid frente al impresionante despliegue técnico y logístico que han montado como escenario estos dos artistas que hace 15 años alumbraron su sueño en el barrio obrero de Aluche, a pocos kilómetros de aquí.

Cuando Gonzalo Sidre, alias Natos, bonaerense nacido en 1991 y emigrado a España de niño junto a su familia, conoció a Fernando Hisado (Madrid, 1988), alias Waor, era otro momento para la música urbana, aunque algo empezaba ya a germinar gracias al trabajo de pioneros como Violadores del Verso o SFDK.

Por el Metropolitano en unos días también pasarán también Lola Índigo y Dellafuente, más ejemplos de esta nueva generación de la música urbana en España que evolucionó hacia otras temáticas, con letras más vulnerables, y también exploró todo tipo de alianzas musicales, sin prejuicios.

«Tener prejuicios en el arte es algo que te limita y juega en tu contra. Que una persona tenga un género musical diferente a ti no quita para que podáis hacer algo guapo y de hecho creo que te nutre a nivel artístico. Si te quedas haciendo siempre el mismo tipo de obra, es la muerte creativa», defiende el dúo, en cuya nómina de colaboraciones aparecen figuras tan diversas como SFDK o Melendi.

En 2018, con varios discos y mucho material autoeditado, Natos y Waor metieron a 11.000 personas en el estadio Vistalegre de Madrid sin apenas esfuerzo ni promoción, más allá del boca-oreja, y la noticia saltó a la prensa generalista: lo que había sido marginal durante años se convertía en fenómeno de masas.

La explicación de su aún mayor crecimiento sin despegarse de la independencia discográfica hasta hoy «es multifactorial», según sus palabras, en parte por el arranque de las plataformas de ‘streaming’ que abrieron «una nueva vía de enseñar la música sin tener que pasar por el aro de la industria».

«Y luego, aparte, la gran suerte de contar con un público fiel. Imaginamos que también tiene que ver la seriedad que le ponemos a nuestro trabajo, el respeto que sentimos por ellos y los huevos que nos dejamos en cada show. Que a cada concierto venga más gente es un reflejo de que se sale contento y se repite, se lo cuentan a sus colegas y se suma gente a este maravilloso tren», reflexionan.

Aseguran que miden muy bien cada paso que dan. Un poco «menos prudente» esta vez, fue Waor el que propuso la idea de saltar al aforo de estadio, elaboraron una lista de pros y contras y, con mucha «fe» en el proyecto, tiraron para delante.

«Estábamos convencidos, pero era difícil porque había que vender muchísimas entradas para no perder dinero», reconocen, aunque la venta funcionó a un ritmo fulgurante y este sábado, con todo agotado, les verán casi 60.000 personas.

No se harán de oro con el espectáculo porque a medida que entraban ingresos, se destinaban a hacer aún más grande el espectáculo. «Al final es un escaparate, no un show que debas enfocar con la intención de sacarle rédito inmediato, pillar la pasta y correr haciéndolo medio cutre, sino pegar un puñetazo encima de la mesa y decir: ‘Somos capaces de hacer esto'», subrayan, dispuestos a seguir «sembrando».

Será un show largo, de 3 horas, en el que harán un repaso a toda su carrera y en el que estarán «bien acompañados» por compañeros de profesión que, en algunos casos, han cancelado ofertas para poder estar con ellos en este día de celebración del urbano español.

«Cuando empezamos no nos habríamos creído ni que viniera gente a vernos a los conciertos. Hoy hay miles de grupos que están peleándolo fuerte y que no tienen la suerte de llenar espacios ni la mitad de grandes que este; eso tiene que servirnos para valorar lo que tenemos, no darlo por hecho y disfrutar», concluyen.