Emilio Fornieles, de «enamorar» a Saramago a exponer su trayectoria vital entre pinceles

En la casa natal de José Saramago, en Azinhaga, al norte del Lisboa, hay un gran cuadro del escritor de niño, llamado Zezito. El Nobel portugués se enamoró de la obra del autor de ese cuadro, Emilio Fornieles, un artista onubense que ahora presenta un resumen de su trayectoria vital en una exposición en su tierra. Es evidente que tener un padrino como Saramago es todo un espaldarazo para un pintor, pero no se trata de un pintor al uso, con un estilo definido, y eso se aprecia nada más entrar en la Sala de la Provincia de la Diputación de Huelva, donde este jueves se inauguró ‘Back to the roots’ -Vuelta a las raíces-, todo un homenaje a las ocho provincias andaluzas a través del retrato y la acción plástica. EFE/ Fermín Cabanillas

Fermín Cabanillas

Huelva, 25 jul (EFE).- En la casa natal de José Saramago, en Azinhaga, al norte del Lisboa, hay un gran cuadro del escritor de niño, llamado Zezito. El Nobel portugués se enamoró de la obra del autor de ese cuadro, Emilio Fornieles, un artista onubense que ahora presenta un resumen de su trayectoria vital en una exposición en su tierra.

Es evidente que tener un padrino como Saramago es todo un espaldarazo para un pintor, pero no se trata de un pintor al uso, con un estilo definido, y eso se aprecia nada más entrar en la Sala de la Provincia de la Diputación de Huelva, donde este jueves se inauguró ‘Back to the roots’ -Vuelta a las raíces-, todo un homenaje a las ocho provincias andaluzas a través del retrato y la acción plástica.

Pero la exposición es mucho más que eso, reúne obras de sus diferentes etapas creativas en una carrera marcada por el salto que dio hace diez años, cuando decidió marcharse a Alemania estableciendo su estudio primero en Berlín, y luego en Meissen, en el corazón de Sajonia.

Fornieles ha concebido su exposición no como un recorrido entre obras de arte, sino como un diálogo visual con las ocho provincias andaluzas, un proyecto que combina técnica, emoción y compromiso cultural, y todo con un eje central: la memoria cultural como impulso creativo.

Se trata de un artista autodidacta que ha sabido modelar su trabajo según le ha ido llegando la inspiración de cada estilo. Con todo ello ha montado “una exposición multidisciplinar, en la que también hay objetos”, como probetas con una persona representativa de cada provincia en su interior, platos de cerámica de Meissen pintados en su base, o zapatillas de esparto personalizadas con sus pinceles.

Andalucía de fondo, pero mucho más

- En la casa natal de José Saramago, en Azinhaga, al norte del Lisboa, hay un gran cuadro del escritor de niño, llamado Zezito. El Nobel portugués se enamoró de la obra del autor de ese cuadro, Emilio Fornieles, un artista onubense que ahora presenta un resumen de su trayectoria vital en una exposición en su tierra. Es evidente que tener un padrino como Saramago es todo un espaldarazo para un pintor, pero no se trata de un pintor al uso, con un estilo definido, y eso se aprecia nada más entrar en la Sala de la Provincia de la Diputación de Huelva, donde este jueves se inauguró ‘Back to the roots’ -Vuelta a las raíces-, todo un homenaje a las ocho provincias andaluzas a través del retrato y la acción plástica. EFE/ Fermín Cabanillas

Y todo, afirma a EFE, “en el mismo tono, de enaltecimiento a Andalucía”, a sus raíces, que ha concebido “para que sea apreciado nada más entrar el espectador a la sala”.

Es un artista con unas ideas muy concretas sobre la vida y sobre el arte. No es monárquico, pero afirma que respeta a Felipe VI, del que ha hecho uno de los retratos más originales del monarca, y no es taurino, pero de sus manos han salido unos enormes cuadros con el toro bravo como protagonista.

“Un homenaje a la figura del toro”, no a la tauromaquia, dice, y recuerda que los festejos taurinos han sido pintados “por muchos grandes maestros” a lo largo de la historia, pero se ha acercado a este tema “con el objetivo de resaltar la figura del toro como parte de la vida, como defensa de la vida”.

Así lo ha plasmado, por ejemplo, en tres piezas de seis metros de ancho por 2,15 de alto, y puede que sea una de las que más llama la atención en la muestra, en la que se pasea entre retratos de figuras emblemáticas de cada provincia andaluza, con Martirio representando a Huelva, la Duquesa de Alba a Sevilla, Lola Flores a Cádiz, Antonio Banderas a Málaga, Joaquín Cortés a Córdoba, Carmen Linares a Jaén, Federico García Lorca a Granada y Tomatito a Almería.

Cada rostro encierra “no solo una biografía, sino una forma de mirar al sur desde la modernidad”, con una colección de trabajos que abarcan distintas etapas y series producidas por el artista en sus estudios de Berlín y Meissen: ‘Verde que os quiero verde’, ‘The Decadents’, ‘Bravos!’, ‘The Green Essence’, ‘Gigantes sobre esparto’ o ‘Las cuatro estaciones’, son algunas de las colecciones que han viajado con él hasta Huelva, combinando técnicas mixtas, materiales diversos y el uso expresivo del color.

Una parada en el Louvre

En la casa natal de José Saramago, en Azinhaga, al norte del Lisboa, hay un gran cuadro del escritor de niño, llamado Zezito. El Nobel portugués se enamoró de la obra del autor de ese cuadro, Emilio Fornieles, un artista onubense que ahora presenta un resumen de su trayectoria vital en una exposición en su tierra. Es evidente que tener un padrino como Saramago es todo un espaldarazo para un pintor, pero no se trata de un pintor al uso, con un estilo definido, y eso se aprecia nada más entrar en la Sala de la Provincia de la Diputación de Huelva, donde este jueves se inauguró ‘Back to the roots’ -Vuelta a las raíces-, todo un homenaje a las ocho provincias andaluzas a través del retrato y la acción plástica. EFE/ Fermín Cabanillas

Emilio Fornieles, que tras nacer en Terrasa fue llevado a Lepe (Huelva) con solo tres meses, asegura conservar la esencia de cuando pintaba en un garaje de La Pendola, un barrio de personas trabajadoras en la entrada del municipio lepero desde la vecina Cartaya.

Allí se preparó para un futuro entre pinceles, consiguiendo un presente en el que ha logrado, entre otras cosas, ser el único pintor español vivo que ha pintado en el Louvre parisino, lo que logró el pasado mayo, cuando realizó una obra en directo en la presentación cultural y turística que la región alemana de Sajonia protagonizó en París, en una actividad bajo el patrocinio de la sección francesa de la Unesco.

En las paredes de su casa cuelgan varios premios nacionales y regionales de pintura, intervenciones artísticas y primeras ‘Action Paintings’ acompañando en dos ocasiones a Los Evangelistas, Soleá Morente y Arcángel entre otros, rindiendo homenaje con dos retratos distintos a Enrique Morente pintados durante la actuación.

Ahora, da un nuevo paso en su carrera, diecisiete años después de que Saramago le apadrinase en Castril (Granada) para mostrar su primera serie completa de pinturas, convirtiéndose en su padrino artístico y respaldándole en su primera incursión artística en Europa, en la que Fornieles inauguraría los dos primeros centros culturales del Festival Sete Sois Sete Lúas, en Italia y Portugal.