Nimes (Francia), 6 oct (EFE).- Este lunes empezó en Nimes, al sur de Francia, el juicio en apelación del caso Pelicot, por el que fueron condenados 51 hombres por violar durante diez años a Gisèle Pelicot mientras estaba inconsciente por las drogas que le daba a escondidas su entonces marido, Dominique Pelicot.
Gisèle Pelicot llegó entre ovaciones de las decenas de personas que se concentraban alrededor del tribunal. Iba vestida de rosa y estaba acompañada de Florian Pelicot, uno de sus tres hijos, así como de sus abogados, Stéphane Babonneau y Antoine Camus.
La policía, de hecho, tuvo que asegurar la zona y abrir un espacio para que pudiera acceder al tribunal ante la cantidad de gente que se acercaba a ella para mostrarle su apoyo.
A diferencia del primer juicio, que tuvo lugar en Aviñón de septiembre a diciembre de 2024, sus otros dos hijos, Caroline Darian y David Pelicot, no la acompañaron.
Ambos sienten que no apoyó lo suficiente a su hija, convencida de que también fue violada por su padre, al aparecer en un disco duro fotos suyas semidesnuda. Sin embargo, no se pudo probar tal delito y fue condenado por «tenencia de imágenes de carácter sexual». Tras el juicio, Caroline rompió toda relación con su madre.
En este segundo juicio hay un solo acusado que presentó recurso, Husamettin D., de 44 años, que se enfrenta a la pena máxima de 20 años de prisión. En primera instancia fue condenado a nueve años de cárcel por violación.
Llegó cubierto con una mascarilla quirúrgica, unas gafas de sol, una gorra y una chaqueta.
La audiencia empezó a las 14.15 locales (12.15 GMT), con 15 minutos de retraso ante la gran presencia de periodistas -un centenar- en el Tribunal de Apelación de Nimes.
El primer trámite fue la elección del jurado popular, formado por nueve personas, además de tres suplentes. También hay tres magistrados profesionales, entre ellos el presidente, Christian Pasta. Serán ellos los encargados de dictar sentencia, previsiblemente el jueves.
El exmarido de Gisèle, Dominique Pelicot, ya fue condenado a una pena de 20 años, la máxima en Francia para estos delitos, por unos hechos que se prolongaron de 2011 a 2020.
Este hombre, de 72 años, fue el instigador del plan para abusar del cuerpo inerte de la víctima, de la misma edad. Para ello contactaba con desconocidos a través de una página de internet, hoy cerrada por la Justicia, y les invitaba a violarla en su casa, situada en Mazan, un pueblo de apenas 6.000 habitantes del sur de Francia.
Los delitos eran perfectamente documentados, a través de vídeos y fotografías que tomaba Dominique Pelicot, que luego guardaba en su archivo digital, donde acumulaba centenares de documentos que fueron clave para demostrar la culpabilidad de todos estos hombres.
A puerta abierta

El juicio se celebra a puerta abierta, como hace un año en el Tribunal de Aviñón (sur), cuando Gisèle Pelicot tomó esa decisión, a pesar de que como víctima tiene derecho a lo contrario.
Ese acto despertó miles de conciencias alrededor del mundo. Lo hizo «para que la vergüenza cambie de bando» y para que se tomen acciones contra las violaciones bajo sumisión química, según explicó en 2024.
«No tengo que tener vergüenza, no tengo nada a reprocharme», afirmó justo hace un año.
