En busca del ring del Congreso en el día después del terremoto por Cerdán

Jornada de Puertas Abiertas en el Congreso de los Diputados en Madrid este viernes. La Puerta de los Leones se ha abierto de nuevo este viernes a los ciudadanos con motivo de la Jornada de Puertas Abiertas del Congreso, que se celebran en conmemoración de las primeras elecciones democráticas de 1977. EFE/ Leonor Trinidad Barrero

Leonor Trinidad

Jornada de Puertas Abiertas en el Congreso de los Diputados en Madrid este viernes. La Puerta de los Leones se ha abierto de nuevo este viernes a los ciudadanos con motivo de la Jornada de Puertas Abiertas del Congreso, que se celebran en conmemoración de las primeras elecciones democráticas de 1977. EFE/ Leonor Trinidad Barrero

Madrid, 13 jun (EFE).- La Puerta de los Leones se ha abierto de nuevo este viernes a los ciudadanos con motivo de la Jornada de Puertas Abiertas del Congreso, en el día después del terremoto provocado por el informe de la UCO sobre el exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, con un público cada vez más desencantado de la política.

Detrás de los emblemáticos portones de bronce, que solo se abren en contadas ocasiones, les estaba esperando a las 09:31 una sonriente Francina Armengol, presidenta de la Cámara, quien les ha dado la bienvenida y ha destacado con orgullo la importancia de abrir «esta casa» a la gente.

Las jornadas se celebran en conmemoración de las primeras elecciones democráticas de 1977, pero las cosas han cambiado mucho desde entonces. Así lo siente José Luis, un militar y Tédax, que visita la Cámara por tercera vez en su vida. “Esta es otra España”, lamenta.

La primera vez que cruzó el Salón de Pasos Perdidos -que comunica el vestíbulo con el hemiciclo- tenía tan solo dieciséis años. Era el año 1986 y aquel adolescente venía, “como todo el mundo”, a ver los testimoniales disparos en la bóveda del hemiciclo tras el intento de golpe de Estado de 1981.

Casi cuarenta años más tarde vuelve a visitar la Cámara Baja, aunque “con otros ojos” y mucha curiosidad tras el revuelo que se vivió ayer en los mismos escaños que hoy recorren los visitantes.

“Me ha saludado en la entrada Armengol, que ayer tuvo un día movidito”, bromea José Luis, y añade que aunque le emociona estar en un lugar tan emblemático, aquí no se siente representado.

Para Dori, que viene desde Murcia, muchos diputados y diputadas “no respetan” el sitio donde están y, sin embargo, ella se estremece al pensar en la historia que albergan sus paredes. “La primera vez que vine me temblaban las piernas”, relata.

Mientras pasa justo frente al escaño desde donde ayer Cerdán apuraba sus últimas horas como diputado y secretario de Organización del PSOE, otro de los visitantes, Manuel, confiesa que incluso pensó que hoy podrían suspender la visita.

Pero muchos han disfrutado esta mañana de las estancias del Congreso, y como hiciera el exalto cargo socialista en el pleno de ayer, la mayoría no se han despegado de su teléfono móvil: desde ‘selfies’ con Armengol, fotografías con los retratos de los presidentes de la Cámara, hasta quien no ha dejado de capturar ni un solo segundo, grabando su visita para las historias de Instagram.

Desde jubilados hasta estudiantes de bachillerato, en tandas de cuarenta y cinco personas, centenares de ciudadanos recorrerán el Congreso entre este viernes y el día de mañana.

Álvaro, estudiante del colegio La Salle en Valencia, tiene casi la misma edad que tenía José Luis en su primera visita. “Me siento como en la tele”, confiesa, aunque la mayoría coincide en que a través de la pantalla todo parece más grande.

La estrella del itinerario sigue siendo el hemiciclo, aunque, quizá por su carga simbólica, otros se decantan por la sala Constitucional.

Cuando llegan a la salida, por la sala Ernest Lluch, la última de la visita, una ciudadana pregunta: “¿Y dónde está el ring? ¿Dónde se pegan después del pleno?”. Pero nadie tiene respuesta para eso, y solo queda, para aliviar tensiones y apagar los fuegos, un abanico de regalo antes de salir.