Málaga, 15 mar (EFE).- ‘Enemigos’ es una película hecha en diferentes localizaciones de Alicante, entre ellas Colonia Requena, barrio humilde, que cuenta dos historias: la de un chico que acosa a otro y la de cómo la capacidad de perdón y la amistad pueden aplastar al odio a ritmo de rap y trap.
El cineasta alicantino David Valero es el responsable de ‘Enemigos’, que este sábado presenta en el Festival de Málaga, en la sección oficial fuera de competición, junto con los dos actores protagonistas, Christian Checa y Hugo Welzel.
Los tres han atendido a EFE para hablar de un trabajo que se sumerge en un caso de acoso, el de ‘El rubio’ (Welzel) a Chimo (Checa), pero no sólo. También en la amistad entre acosador y acosado.
Porque un giro de la trama colocará a Chimo ante un dilema. Ante un gran dilema.
Barrios como “ecosistemas de vida”
Hay muchos protagonistas en ‘Enemigos’, no sólo los actores y las actrices, no sólo los protagonistas y los secundarios (Estefanía de los Santos o José Manuel Poga, entre otros). También las localizaciones y la música.
Música que se desdobla: banda sonora, por un lado, y canciones que mueven la trama, por otro. El rapero Bnet y el productor Steve Lean son dos de los artífices.
Valero, según señala, conoce bien los barrios en los que ha rodado, su estética “visualmente muy potente” y su sociología y economía, pues aquí hay “pobreza en las casas”. “Pero son barrios con mucha vida”, sentencia.
Colonia Requena, zonas de San Vicente del Raspeig, por ejemplo, aparecen en ‘Enemigos’ como “un personaje más”, y sus residentes se volcaron con el rodaje, apunta el director. “Nos han cuidado mucho; es gente humilde que quiere aportar a la sociedad”, añade.
Ahonda Checa: “Se suele abordar el concepto ‘barrio’ con tono despectivo y fue un lujo incorporarnos; tuvimos la suerte de entrar bien, la gente que sale en las localizaciones es gente de esos barrios… Porque no afrontamos el rodaje como si se tratara de un barrio marginal, sino como un ecosistema de vida”.
El rap, “una terapia”
El rap, en ‘Enemigos’, destapa las emociones de los personajes. “Son letras que ayudan a comprender ciertas situaciones de la película, y ayudan a que la propia película tenga más forma porque el camino que los personajes de Chimo y ‘El rubio’ empiezan a hacer juntos, lo hacen porque la música les sirve de empujón”, cuenta Valero.
Christian Checa (Madrid, 2001, Goya al mejor actor revelación por ‘En los márgenes’) es rotundo: “Para mucha gente que no tiene dinero para pagarse un psicólogo, el rap es una terapia; con una libreta eres capaz de ser libre y fluir”.
Para Welzel (Sevilla, 2004, visto en ‘El hijo zurdo’), el rap en ‘Enemigos’ entronca con la “necesidad” de su personaje, pero también de Chimo, de contextualizar mejor el mundo y la realidad que les rodean. Mundo y realidad complejos, en donde falta el dinero.
El “reto” de tratar el acoso
Dice Checa que la gestión del acoso, como actor, “supuso un reto complicado e interesante” porque exigió “generar capas” que favorecieran la veracidad.
Capas que hablan de contextos familiares y sociales, de violencia, de desafecto, de abandono, de aspiraciones truncadas.
Según indica Welzel, “una familia condiciona tu vida, si te cuida o no, si necesidades básicas están cubiertas con el cariño… Creo que en esta película se trata el acoso desde un lugar profundo; es necesario saber por qué ocurre y dar contexto. ‘Enemigos’ profundiza en el error y en la capacidad de perdonar”. EFE