San Sebastián, 4 sep (EFE).- Errenteria ha homenajeado este jueves a Elisa Beltrán, vecina de esta localidad guipuzcoana asesinada por su marido en 1948, en un acto al que han asistido miembros de tres generaciones de sus familia, llegados de Argentina, que han recibido emocionados un abrazo que se ha hecho extensivo a todas las víctimas de la violencia machista.

La alcaldesa del municipio, Aizpea Otaegi, ha hablado de la construcción de la memoria como de «un ejercicio necesario» y de la necesidad de rebelarse contra el «borrado» de víctimas como Elisa, algo que, según ha remarcado, ha hecho el investigador local Xabier Susperregi al rescatar del olvido la historia de esta mujer, que tenía 30 años cuando fue asesinada.
Susperregi también ha encontrado a su familia en Argentina, adonde los tíos maternos llevaron a los tres niños de Elisa. Su hijo mayor, Luis, ya falleció, y la segunda, Charito, tenía previsto acudir a este acto, pero murió hace tres semanas.
Esta tarde la hermana pequeña, María Eugenia, de 84 años, pisaba el salón de plenos del consistorio guipuzcoano acompañada de algunos nietos de Elisa y de Pablo, biznieto, el más joven de quienes han viajado a Errenteria desde el país austral.
En nombre de todos ellos ha hablado Jorge, uno de los nietos, que con la voz entrecortada ha agradecido este reconocimiento al consistorio y ha mostrado también su gratitud a Susperregi por haber recuperado esa parte «dura» de la historia de la familia «que tantos años estuvo escondida, postergada».
Ha asegurado que él y todos sus allegados están «maravillados, excedidos y muy emocionados» por este homenaje, que tras el acto de hoy continuará este viernes en el centro cultural Lekuona Fabrika, donde Susperregi presentará su libro ‘Elisa Beltrán, el último tranvía’, que, entre otros textos, recoge entrevistas a las hijas de esta víctima de la violencia machista y a la nieta que ha heredado el nombre de la abuela, Elisa Jure.
Este jueves, entre quienes se hallaban en el salón de plenos del Ayuntamiento se encontraba Victoria, una mujer de 91 años, que conocía a Elisa de coincidir en algunos comercios del pueblo, como el despacho de pan.
Recuerda los hechos de aquellos días, que llevaron a la detención del marido y a su condena posterior a 30 años de cárcel por haber matado a su mujer al arrojarla al mar en el Paseo Nuevo de San Sebastián. «Muchas veces nos hemos preguntado qué habría sido de aquellos niños», dice Victoria. E