Teresa Díaz
Madrid, 11 sep (EFE).- ¿La intrusión de drones rusos en el espacio aéreo polaco este martes ha sido un error de cálculo o una provocación de Rusia para poner a prueba las defensas de Polonia? ¿Cómo debería reaccionar la OTAN? Expertos consultados por EFE analizan el «incidente» e intentan dar respuesta a los interrogantes.
«Creo que no va a tener mayor transcendencia y se va a quedar en otro episodio colateral de la guerra de Ucrania», afirma Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano, que señala que los indicios apuntan a un error proporcional al número de drones que Rusia está lanzando contra objetivos ucranianos más que a un ataque deliberado.
En todo caso, señala que es algo que tendrá que dilucidar la OTAN después de que el Gobierno polaco haya invocado el artículo 4 del Tratado, que llama a los aliados a hacer consultas. Es la octava vez que se activa este instrumento en la historia de la Alianza y la primera desde que se inició la guerra de Ucrania.
Este mecanismo es «muy importante» porque de la impresión que en esa consulta obtengan los aliados con las pruebas que se presenten se va a determinar si la OTAN actúa o no, las consecuencias de responder y la forma en que se debe reaccionar, explica este experto en seguridad internacional.
A su juicio, la invocación de ese artículo por parte de Polonia constata la preocupación de este país fronterizo con Ucrania y «la presión» que su Gobierno viene ejerciendo sobre la OTAN para que tome más medidas».
En función de lo que se decida en esas consultas, Arteaga opina que la OTAN decidirá si mantiene una posición «vigilante» o adopta «algún tipo de medida más activa», si bien cree que tendrá que medir bien su respuesta, incluso si se demuestra finalmente que ha sido un ataque deliberado.
En ese último caso, la Alianza, en su opinión, debería reaccionar «con cuidado de no caer en una provocación en sentido contrario y que la respuesta de Rusia sea contraproducente a la estrategia aliada de no implicarse directamente en combate con los rusos», advierte.
Augura Arteaga que los daños colaterales de la guerra pueden aumentar y que a Polonia y a Ucrania les gustaría que la interceptación de los drones rusos se produjera en territorio ucraniano, pero la OTAN correría el riesgo de que Rusia lo entendiera como una intervención directa.
Sí cree que los aliados podrían decidir reforzar la frontera polaca con más capacidades militares y más efectivos de los que ya tienen desplegados en ese país.
Un ex alto cargo militar, que prefiere preservar el anonimato, coincide con Arteaga en que se ha tratado de un claro error de Rusia y no de un ataque como tal y, mucho menos, deliberado, que el Gobierno polaco ha aprovechado para «tirar del hilo un poco más de la cuenta» y «rizar el rizo».
No obstante, considera lógica la preocupación de Polonia, que se ha sentido amenazada desde el inicio de la guerra de Ucrania, principalmente porque tiene un «grano» en su territorio que es Kaliningrado, que pertenece a Rusia.
Este experto militar incide en que el incidente quedará en «agua de borrajas» e, incluso, si la OTAN constatase que no ha sido un error, «se quedaría en una advertencia y poco más».
Por ello, no cree que Polonia vaya a conseguir el despliegue de más baterías antiaéreas de los aliados en su territorio «como probablemente le gustaría».
Tampoco ve que se vaya a elevar el nivel de tensión entre Rusia y la OTAN «más de la cuenta», entre otros motivos, porque al presidente estadounidense, Donald Trump, no le interesa ahora «escalar» el conflicto «en absoluto».
Y afirma que en estos momentos los servicios de inteligencia de la Alianza «ya saben perfectamente lo que ha pasado, si ha sido un error o no».