Escrivá cree que el proyecto del euro digital podría materializarse al final de la década

Imagen del 3 de julio del gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, durante su participación en Santander en los cursos de la UIMP. EFE/Pedro Puente Hoyos

Bilbao, 10 jul (EFE).- El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, ha defendido la dimensión «estratégica» del proyecto de euro digital que, según ha detallado, puede ser una realidad «al final de la presente década».

«Como dinero de curso legal respaldado por el Banco Central, y complemento del efectivo, puede servir de base para soluciones privadas de pagos, al tiempo que reduce dependencias externas», ha vaticinado.

También ha subrayado que representa una oportunidad para consolidar el área única de pagos europea y protegerla frente a riesgos futuros, además de evitar el peligro que supone dejar estas iniciativas en manos privadas.

Escrivá ha tomado parte este jueves en el 10º ciclo de Finanza impulsado por Elkargi que, bajo el título ‘El futuro del Sistema Financiero Europeo’, se ha desarrollado en el Museo Guggenheim de Bilbao.

En su intervención, el responsable del organismo supervisor ha advertido del entorno de incertidumbre que genera la actual fragmentación geopolítica y ha reclamado a Europa una respuesta «estratégica clara, ambiciosa y cohesionada».

«No se trata de levantar barreras ni de replegarse, sino de reforzar nuestra base económica y tecnológica para proyectarnos con mayor solidez en el escenario internacional», ha argumentado.

Escrivá ha apostado así por impulsar «decididamente» la productividad, acelerar la transformación tecnológica, así como fortalecer la soberanía económica y de defensa.

 

Industria de defensa

Ha reclamado además la eliminación de barreras que impiden a las empresas europeas «crecer», así como simplificar los marcos regulatorios que afectan a éstas, junto a un desarrollo de una «industria de defensa robusta que contribuya a la autonomía estratégica de la Unión».

Ha considerado para ello necesario contar con un «sistema financiero europeo que esté a la altura del desafío» y superar las actuales «debilidades estructurales».

Entre ellas, ha enumerado una fragmentación «excesiva por jurisdicciones nacionales», una dependencia de la intermediación bancaria y unos mercados de capitales «poco profundos y escasamente integrados».

A su entender, el sistema financiero debe apoyarse en el euro como base del sistema de pagos y activo estratégico de soberanía, así como en un sistema bancario «sólido y competitivo».

Ha defendido en este sentido que se cuenta con un sistema bancario «sólido, competitivo y resiliente», aunque ha abogado por facilitar las «fusiones transfronterizas».

También se ha mostrado partidario de ampliar y diversificar las fuentes de financiación empresarial, lo que- según ha indicado- lleva a profundizar e integrar los mercados de capitales europeos.