Eslovaquia permitirá a los restaurantes servir carne de osos pardos sacrificados legalmente

En la imagen de archivo, un oso pardo de refresca en el parque de Langenberg in Langnau am Albis, en Suiza. EFE/Alessandro Della Bella

Praga, 28 may (EFE).- El Gobierno eslovaco ha anunciado que pondrá a disposición de restaurantes la carne de los osos abatidos de forma regulada por el Ministerio de Medio Ambiente, después de haber aprobado la eliminación de 350 animales argumentando que suponen un peligro para la población.

“Desde ahora, si se eliminan individuos problemáticos, y son apropiados y utilizables para el consumo, serán ofrecidos a establecimientos de restauración”, anunció el secretario de Estado de Medio Ambiente, Filip Kuffa, en la red social Facebook.

“Entregaremos todo ejemplar capturado que cumpla las condiciones para el consumo. ¿Por qué? Porque la carne de oso es comestible”, escribió Kuffa.

Para poder comerciar con la carne de oso pardo, un animal protegido en Europa al ser considerado como especie amenazada, será necesario lograr una certificado de excepción.

“Quien quiera venderla (carne de oso pardo) u ofrecer platos preparados a partir de ella deberá obtener el llamado certificado CITES”, precisó Kuffa, lo que será garantía de que la carne fue cazada legalmente y está libre de enfermedades como la triquinosis.

El Ministerio de Medio Ambiente también solicitará ese certificado, lo que le permitirá ofrecer al mercado gastronómico todos los osos que cacen como parte de las medidas para mantener controlada la población.

De un oso de 160 kilos se pueden aprovechar aproximadamente 80 de carne, siendo los muslos y hombros aptos para el consumo, mientras que los lomos y las costillas son adecuados para asar o hacer un guiso.

La grasa de oso también se utiliza, por ejemplo, para cocinar, en ungüentos medicinales o como sustituto de otras grasas animales.

Esta medida llega después de un escándalo tras saberse que un restaurante de los Montes Tatra sirvió de manera ilegal carne de oso, lo que provocó que se impusieran multas tanto al administrador del parque donde fueron abatidos los osos como al establecimiento.

El Gobierno autorizó el pasado abril que se abatieran 350 osos pardos, tras declarar el estado de emergencia en todo el territorio como consecuencia de un ataque que acabó con la vida de un hombre de 59 años, el último de una serie de agresiones, algunas mortales, por parte de esos animales.

Se estima que la población de osos ronda los 1.200 y que la sobrepoblación combinada con la pérdida de sus espacios naturales les empuja cada vez más a menudo a acudir a zonas urbanas para buscar comida.

Greenpeace Eslovaquia y otras organizaciones ambientalistas y conservacionistas han criticado con dureza la decisión de priorizar la matanza de osos pardos, señalando que ignora la evidencia científica y pone en riesgo la conservación de la biodiversidad.

Estas ONG sostienen que los conflictos con estos animales suelen originarse por la gestión inadecuada de residuos y alimentos, y que existen métodos no letales y eficaces para prevenir incidentes.