España carece de una política para canalizar la inmigración eficazmente, según expertos

Imagen de archivo de un grupo de inmigrantes rescatados de tres embarcaciones en aguas cercanas a Lanzarote. EFE/Adriel Perdomo/Archivo

Bilbao, 3 may (EFE).- Los investigadores en migración Andrea Ruiz Balzola y Xabier Aierdi, doctores en Antropología y Sociología, respectivamente, consideran que España no dispone de una política migratoria eficaz que permita canalizar de forma legal y ordenada la llegada de población extranjera.

Ambos expertos sostienen, en una entrevista con EFE, que, en lugar de una estrategia estructural, el país solo aplica políticas de control de fronteras, mientras deja sin respuesta el reto de incorporar de forma “justa y estable” a una población migrante que será clave en la configuración demográfica, laboral y social de las próximas décadas.

“No es que vayan a pasar por aquí y marcharse, van a ser nuestros vecinos y de hecho, ya lo son”, señala Aierdi, director de la fundación Begirune, dedicada a la cooperación y la investigación sobre las migraciones.

“Hablar de natalidad o del reto demográfico sin abordar las condiciones laborales, de vivienda o de acceso a derechos sociales es simplemente irresponsable”, ha añadido Ruiz Balzola.

Desde la fundación Begirune, ambos doctores analizan los procesos migratorios y advierten de que el discurso político y mediático actual se aleja del rigor necesario para gestionar un fenómeno que ya es estructural.

“No podemos pretender que la inmigración solucione nuestros problemas sin nosotros implicarnos en resolver los suyos también”, ha afirmado Ruiz Balzola.

Una de las críticas centrales que formulan es que España, al igual que el conjunto de la Unión Europea, ha sustituido políticas migratorias por políticas de control fronterizo.

“No hay un diseño legal de entrada ordenada”, ha indicado Aierdi, quien ha considerado necesario “un modelo de integración legal, laboral y educativa”.

Pese a este déficit estructural, ambos reconocen que en algunos aspectos España ha sido históricamente un modelo más integrador que otros países europeos. “Se llegó a hablar de la ‘excepción española'”, ha recordado Aierdi.

Los investigadores consideran que los procesos migratorios a nivel estatal son similares en términos generales, aunque comunidades como Euskadi o Cataluña presentan particularidades derivadas de la presencia de lenguas cooficiales, lo que genera un contexto comparable a Quebec o Flandes.

Con todo, los desafíos son comunes: envejecimiento poblacional, necesidad de mano de obra en sectores clave, y una integración que no puede dejarse al azar.

La falta de una coordinación real entre las políticas estatales y autonómicas no suele generar contradicciones explícitas, ha explicado Aierdi, pero sí vacíos, ya que “hay muy poca política migratoria como tal, y la que hay está muy fragmentada”.

En este contexto, ambos reclaman que la escuela asuma un papel activo en la integración de la población recién llegada, que se aborde con urgencia la regulación del mercado de trabajo y se garanticen condiciones de vivienda dignas.

“De lo contrario, dentro de 30 o 40 años tendremos una juventud sin acceso real a la integración social”, han advertido los investigadores.

“Hay países en los que basta con mirar el tono de piel para saber quién trabaja en qué”, ha anotado Ruiz Balzola, y “esa imagen no es deseable para nadie”, ha concluido.