Madrid, 13 sep (EFE).- España lidera el crecimiento de la matriculación de vehículos eléctricos en toda Europa y reduce las emisiones contaminantes hasta un 3 %, pero no va «al ritmo» que debería para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 que establecen que uno de cada cinco coches que circulen en carreteras europeas sea eléctrico.
«Este primer semestre de 2025 ha sido un año espectacular para la movilidad eléctrica en España, pero no debemos de bajar la guardia» porque la producción española de coches sin enchufe «no para de crecer» y éstos no se contabilizan para reducir la contaminación, ha explicado a EFE la directora de desarrollo de la plataforma de Empresas por la Movilidad Sostenible, May López.
La experta ha dirigido el «V Informe sobre movilidad eléctrica» que la organización OBS Business School ha presentado a propósito de la Semana Europea de Movilidad (SEM) que se celebrará entre el 16 y 22 de septiembre con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre el uso del transporte y su impacto en el medio ambiente, con diferentes actividades bajo el lema «Movilidad para todas las personas».
«Estamos viviendo un punto de inflexión en la movilidad eléctrica», con China como líder de producción, exportación y gestión de materias primas, lo que ha movido los mercados en todo el mundo y ha provocado que España y Brasil se disputen el octavo puesto de líderes de fabricación de estos coches, ha explicado López.
Según los resultados del estudio, este primer semestre de 2025 España ha cumplido con los objetivos del Plan Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, ya que redujo un 3 % de Gases de Efecto Invernadero (GEI) relacionado con el transporte y un 7,64 % de GEI a nivel general, aunque el sector automotriz sigue a la cabeza de la contaminación.
Pese a estos datos positivos, López ha indicado que, debido al uso de vehículos híbridos no enchufables, España no alcanzará la meta de tener 5,5 millones de coches eléctricos con enchufe en carreteras españolas en 2030, como establece el PNIEC.
El estudio también ha evidenciado que por primera vez en la Unión Europea, los autos eléctricos se posicionan como segunda opción de compra por delante de los combustibles alternativos y por detrás del diésel, que sigue siendo la primera opción, aunque va «perdiendo su cuota en el mercado».
El problema del enchufe
López ha asegurado que los beneficios de los vehículos sin enchufe -que son los más utilizados en España- están por debajo de los que proporcionan los coches que sí cuentan con cable.
«Todavía no estamos yendo al ritmo al que deberíamos porque los vehículos híbridos sin enchufe siguen siendo la opción mayoritaria, lo cual es un error porque dejarán de matricularse en 2035», ha advertido.
La producción de los vehículos híbridos no enchufables (HEV) también va en aumento, lo que significa un conflicto de cara al Objetivo 55 de la Unión Europea (UE) que busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % para 2030 y alcanzar la neutralidad climática para 2050.
El problema radica en que estos coches eléctricos emiten CO2, en algunos casos más que los vehículos de combustión tradicional, por lo que su compra y uso no se contabiliza para responder al Objetivo 55 y, de hecho, dejarán de ser matriculados a partir de 2035, ha asegurado López.
«El destino del 90 % de la producción de vehículos eléctricos en España es Europa», pero si estos coches HEV no se podrán matricular en la UE se presenta una situación «complicada».
La experta ha indicado que se necesita «diferenciar claramente» qué es un vehículo con enchufe de lo que es uno sin cable, porque los HEV se «están vendiendo como eléctricos» y eso genera confusión en el consumidor, que «debe saber que lo que necesitamos son coches con enchufe».
Infraestructura y costos
El 70 % de toda la oferta que hay en el mercado automotriz son vehículos eléctricos de gran tamaño, por lo tanto son más costosos y menos accesibles para la población, según el estudio.
Esta situación ha motivado a la Comisión Europea a pedir que los países europeos fabriquen vehículos pequeños porque son «más eficientes desde el punto de vista de consumo energético», utilizan menos materia prima y son más accesibles económicamente, ha indicado López.
En España ya es más rentable para una persona usar un vehículo eléctrico que otro híbrido o tradicional, pero otra dificultad que se presenta es la infraestructura para recargar el coche.
Si bien España, junto con Brasil, se ha posicionado como referente en el despliegue de infraestructura de recarga, con 47.591 puntos en el primer semestre del año, uno de cada cinco de éstos puntos (más de 10.000) no funciona porque está pendiente de conexión a la red, con plazos que triplican a los otros países europeos.
«Desde que un operador quiere poner un punto de recarga hasta que éste esté conectado a una red, pueden llegar a pasar tres años, lo que está suponiendo un coste de 114 millones de euros», ha aseverado López.
Además, existen puntos de recarga que no están cumpliendo con la normativa AFIR (reglamento sobre la implementación de infraestructuras para los combustibles alternativos), por lo que «se debería exigir» garantizar la transparencia de la instalación, ha añadido López.