Washington, 22 abr (EFE).- España es la única de las grandes economías europeas que se ha librado del recorte de previsiones efectuado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) tras analizar el impacto del conflicto arancelario iniciado por EE.UU.
El último informe de perspectivas económicas del FMI, publicado este martes, recoge la subida de dos décimas ya adelantada para España, que se sitúa a la cabeza del crecimiento europeo, con un avance previsto del 2,5 %, aunque con tendencia a desacelerarse e igualarse a la media de la región en 2026.
Por el contrario, el FMI recorta las previsiones de Alemania, Francia e Italia, dentro de la zona del euro, y también la del Reino Unido, que avanzará el 1,1 %, medio punto por debajo del último pronóstico.
Las tensiones comerciales y la creciente incertidumbre han llevado al FMI a rebajar dos décimas, hasta el 0,8 %, el crecimiento previsto para la zona del euro en 2025.
Alemania se quedará este año estancada con una previsión de nulo crecimiento, aunque supone una mejora respecto a la contracción registrada en 2024, mientras que para Francia e Italia se prevén avances del 0,6 y el 0,4 %, respectivamente, que en ambos casos serán inferiores a los registrados en 2024.
La vicedirectora del Departamento de Investigación del FMI, Petya Koeva Brooks, señala en una entrevista con EFE que el impacto negativo asociado a la incertidumbre arancelaria resta 0,3 puntos a la previsión de crecimiento de este año, aunque se contrarresta por la décima al alza (0,1 puntos) derivada del “efecto impulsor del mayor gasto fiscal, especialmente en Alemania”.
El gasto adicional previsto en defensa tendrá un impacto positivo a corto plazo en la eurozona, aunque Koeva Brooks matiza que su magnitud dependerá de cómo se financie, entre otros factores.
Para 2026 el FMI espera un repunte del crecimiento en la eurozona al 1,2 %, dos décimas inferior al pronosticado en enero, con avances del 0,9 % para Alemania, del 1 % para Francia, del 0,8 % para Italia y del 1,8 % para España.
En la corrección de la previsión del año que viene ha restado 0,4 puntos el impacto de la escalada arancelaria, mientras que ha sumado 0,2 puntos el mayor gasto previsto.
El FMI ve lógico que se active la cláusula de escape prevista en las normas fiscales europeas para que el gasto en defensa no compute a efectos de déficit público, pero reclama que se haga “de forma transparente y clara, con normas contables claras” y manteniendo el resto del gasto “en la senda correcta”.
“Además, si se activan las cláusulas de escape, tendrá que haber una vía de transición clara para retomar y restaurar la estabilidad fiscal”, lo que requiere planes creíbles de consolidación fiscal a mediano plazo, según explica Koeva Brooks.
El informe incide en que restablecer el margen fiscal y encauzar la deuda pública hacia una senda sostenible sigue siendo una prioridad importante, al tiempo que se atienden las necesidades críticas de gasto para garantizar la seguridad nacional y económica.
También ve necesario impulsar reformas estructurales que favorezcan unos mercados financieros, laborales y de productos más integrados, derribando las barreras internas que aún impiden la expansión empresarial y limitan la innovación, la productividad y el desarrollo del mercado de capitales europeo.
“Parte del bajo crecimiento europeo se debe a un crecimiento relativamente escaso de la productividad y este ha sido el núcleo de muchos de los problemas que ha estado experimentando la zona euro. La actual situación es una oportunidad para abordar esas cuestiones”, afirma Koeva Brooks.
“(Sin una mayor integración) Europa podría quedar atrapada en ese escenario de crecimiento muy bajo, lo que dificulta mucho la resolución de sus problemas fiscales y, con el cambio demográfico, el panorama no es muy alentador”, subraya la directiva del fondo.