Estudian el impacto del fenómeno climático ‘El Niño’ en la biodiversidad de la Amazonia

Fotografía facilitada por la Universidad de Córdoba del equipo del proyecto que estudia el efecto del fenómeno climático de 'El Niño' en los desiertos y bosques amazónicos de la zona norte de Perú y Brasil. EFE

Córdoba, 12 jun (EFE).- Un consorcio internacional coordinado por la Universidad de Córdoba estudia el efecto del fenómeno climático de ‘El Niño’ en los desiertos y bosques amazónicos de la zona norte de Perú y Brasil, que se entrecruzan en un punto de baja elevación en los Andes, el Valle del Marañón, y que tiene uno de los mayores índices de biodiversidad del planeta.

La iniciativa forma parte del proyecto Bestrops, donde siete entidades –de Perú, Brasil, Alemania y España– están investigando los cambios en la biodiversidad y en los servicios que ofrece el ecosistema, para promover una distribución justa de recursos y preservar el capital natural en comunidades rurales de bosques tropicales, según ha explicado este jueves la Universidad de Córdoba.

Esta zona es de gran interés para estudiar el impacto de «El Niño», un fenómeno climático natural que tiene repercusiones globales y puede provocar grandes sequías e inundaciones.

El clima de la costa Oeste de Sudamérica está regulado por la corriente de Humboldt, que mantiene la temperatura del mar fría y forma desiertos donde apenas llueve. Sin embargo, cada 5 o 7 años se produce el fenómeno de ‘El Niño’, que debilita la corriente de Humboldt devolviendo el clima tropical a la zona y generando periodos de lluvias intensas.

«Aquí estamos en el punto terrestre de mayor impacto del fenómeno de El Niño», ha señalado el doctor Pablo Salazar Zarzosa, que lidera el proyecto desde la Universidad de Córdoba.

Las consecuencias de este fenómeno son «devastadoras» para la población local porque las lluvias desbordan ríos y producen corrimientos de tierra que «pueden avanzar kilómetros arrasando pueblos pequeños. Las ciudades más grandes intentan prepararse, pero sus infraestructuras no son capaces de sostener un cambio tan brusco».

Al ser un evento global, el fenómeno también afecta a otras zonas como la Amazonia de Colombia, Perú, Bolivia y Brasil, que normalmente tendrían precipitaciones regulares y durante ‘El Niño’ sufren sequías.

Esto tiene un impacto «muy grande» sobre las comunidades rurales e indígenas de la zona, que dependen del agua para la agricultura y pueden quedar aisladas si los ríos dejan de ser navegables.

Para medir los cambios que genera ‘El Niño’, un fenómeno que «podría estar empeorando por el cambio climático», los investigadores han tomado muestras de suelo y de plantas representativas del ecosistema, para analizarlas con modelos climáticos y generar predicciones a futuro.

Además, en el muestreo han participado las comunidades locales, que también han contribuido a analizar los servicios ecosistémicos de la zona, es decir, los productos y servicios que la naturaleza proporciona a la población. Algo que también se está tratando de cuantificar como parte del proyecto, y que puede ser difícil de medir.

El proyecto también podría tener «gran valor para el estudio de la biodiversidad, ya que podría ayudar a resolver el gran debate en ecología de comunidades. Es decir, si la teoría estocástica es cierta y las especies se organizan de manera aleatoria como en la selva amazónica, o si la teoría de nicho tiene razón y se organizan según su capacidad adaptativa como en el desierto y la solución está en el valle del Marañón, donde coexisten ambos ecosistemas», ha afirmado Salazar.

La iniciativa, que busca formar lazos de cooperación entre entidades de Latinoamérica y Europa, ha contado con el apoyo de instituciones gubernamentales peruanas para impulsar los esfuerzos locales para preservar la biodiversidad, construir herramientas de política pública y revelar la unión entre el ecosistema y las necesidades humanas en un mundo cambiante.