Estudiantes de Nagasaki toman el testigo de sus abuelos supervivientes a la bomba

Los alumnos de secundaria de Nagasaki Ye Seoji, Yuka Ohara y Kenji Takada, participantes en la iniciativa "Mensajeros por la paz", dirigida a preservar y a difundir por el mundo el testimonio de los supervivientes a la bomba atómica, y que ha llegado a recoger más de 2,5 millones de firmas por la abolición de las armas nucleares. Estudiantes de instituto de Hiroshima y Nagasaki participan cada año en la iniciativa "Mensajeros por la paz", dirigida a preservar y a difundir por el mundo el testimonio de los supervivientes a la bomba atómica, y que ha llegado a recoger más de 2,5 millones de firmas por la abolición de las armas nucleares. 
EFE/ Antonio Hermosín Gandul

Nagasaki (Japón), 2 ago (EFE).- Estudiantes de instituto de Hiroshima y Nagasaki participan cada año en la iniciativa «Mensajeros por la paz», dirigida a preservar y a difundir por el mundo el testimonio de los supervivientes a la bomba atómica, y que ha llegado a recoger más de 2,5 millones de firmas por la abolición de las armas nucleares.

Pinturas realizadas por alumnos del Colegio de Shiroyama, que resultó dañado por el bombardeo de Nagasaki el 9 de agosto de 1945. . Estudiantes de instituto de Hiroshima y Nagasaki participan cada año en la iniciativa "Mensajeros por la paz", dirigida a preservar y a difundir por el mundo el testimonio de los supervivientes a la bomba atómica, y que ha llegado a recoger más de 2,5 millones de firmas por la abolición de las armas nucleares. 
EFE/ Antonio Hermosín Gandul

«Nuestras acciones pueden ser pequeñas, pero no insignificantes» es el lema de este movimiento que nació en Nagasaki en 1998, y que desde entonces ha estado presente en múltiples ocasiones la sede de la Naciones Unidas, en conferencias de desarme y no proliferación nuclear y en reuniones con líderes mundiales.

Los alumnos de secundaria de Nagasaki Ye Seoji, Yuka Ohara y Kenji Takada, participantes en la iniciativa "Mensajeros por la paz", dirigida a preservar y a difundir por el mundo el testimonio de los supervivientes a la bomba atómica, y que ha llegado a recoger más de 2,5 millones de firmas por la abolición de las armas nucleares. Estudiantes de instituto de Hiroshima y Nagasaki participan cada año en la iniciativa "Mensajeros por la paz", dirigida a preservar y a difundir por el mundo el testimonio de los supervivientes a la bomba atómica, y que ha llegado a recoger más de 2,5 millones de firmas por la abolición de las armas nucleares. 
EFE/ Antonio Hermosín Gandul

Esta es una de las múltiples iniciativas puestas en marcha desde las únicas ciudades en la historia en ser atacadas con un arma atómica con vistas a mantener viva la experiencia de los ‘hibakusha’, y que cobran especial relevancia cuando se cumplen 80 años de los ataques y el número de supervivientes a los bombardeos es cada vez menor.

«Somos la última generación que habrá oído de primera mano el relato de los ‘hibakusha’. Necesitamos transmitir este mensaje, para mi es una responsabilidad que tenemos con el mundo», afirma Ye Seoji, estudiante del Instituto Nichidai de Nagasaki, en un encuentro con medios el pasado junio.

«Muchos de mis amigos no siguen demasiado las noticias y creen que las armas nucleares son una cosa del pasado. Pero a mi me preocupa mucho que haya cada vez más armamento de este tipo en el mundo», dice Yuka Ohara, del Instituto Nishi de la ciudad nipona.

Ambas forman parte de los estudiantes de entre 15 y 18 años que son seleccionados cada año como «Mensajeros de la paz» a través de un proceso público de selección, y que desarrollan sus actividades tanto en Japón como en el extranjero, y con aportaciones de los gobiernos locales y donaciones particulares.

Ohara decidió participar en este programa tras crecer escuchando las historias sobre los horrores de la bomba de sus abuelos, supervivientes a los ataques nucleares. «Dentro de poco, ya no será posible oír sus experiencias», lamenta.

En los próximos días 6 y 9 de agosto se cumplirán 80 años de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasak respectivamente. Según los últimos datos oficiales, el número restante de ‘hibakusha’ se reduce a 99.130 personas, una cifra que ha caído por primera vez por debajo de los 100.000. Su edad media es de 86,13 años.

«Puede parecer extraño, pero para mi estas actividades son mi hobby, igual que para mis amigos lo es jugar al béisbol o jugar a videojuegos. Estoy orgulloso de lo que hago», dice Kenji Takada, otro estudiante de Nagasaki participante en el programa.

«Las nuevas generaciones debemos aprender las lecciones de los bombardeos para que nunca vuelvan a repetirse», afirma Takada, quien también admite tener «miedo» por la posibilidad de que algún país recurra a las armas atómicas en alguno de los conflictos globales vigentes en la actualidad.

En 2001, 14 «Mensajeros por la paz» comenzaron a recoger firmas a favor de la abolición de las armas nucleares en las calles de Japón, con el objetivo de recabar 10.000 apoyos. En ese primer año lograron 28.000 y ante su éxito decidieron continuar con esa campaña, que alcanza ya los 2.626.714 firmantes 24 años después.

Cada año, los estudiantes participantes en el programa viajan a la sede de la ONU en Ginebra para presentar las firmas, que son reconocidas en el organismo internacional por su contribución a la hora de aumentar la concienciación global sobre las armas nucleares.

Más de 2.000 jóvenes nipones se han involucrado en esta iniciativa desde su comienzo, además de viajar a otros países del mundo para participar en conferencias internacionales, encontrarse con otros estudiantes o participar en actos benéficos.

Sus acciones arrojan algo de esperanza de cara al futuro, en medio de un nuevo rearme global, con tensiones crecientes o enfrentamientos abiertos en distintas regiones del mundo e incluso algunos mandatarios amenazando abiertamente con el uso de armas atómicas.