Bogotá, 21 sep (EFE).- En los últimos diez años las eutanasias se multiplicaron por 88 en Colombia, uno de los países donde este derecho está más desarrollado, y en 2024 sumaron al menos 352 procedimientos, la cifra más alta desde que se tiene registro, según un informe divulgado este domingo por un centro de investigación.
Desde 2015, cuando la eutanasia se regularizó y comenzó el registro oficial en el país, los casos se multiplicaron por 88. Los 352 de 2024 son casi un 30 % más frente a 2023, según el Laboratorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DescLAB).
Sin embargo, el año pasado solo se aprobó el 30 % de las 1.169 solicitudes, la tasa más baja desde que existen datos.
Colombia fue en 1997 el primer país de América Latina en despenalizar la eutanasia, tras un fallo histórico de la Corte Constitucional motivado por la petición de un paciente terminal.
El avance, sin embargo, permaneció estancado durante 18 años y no fue hasta 2015 que el alto tribunal ordenó al Ministerio de Salud la creación de una normativa para regular la práctica. Ese mismo año se realizó la primera eutanasia legal en Colombia, la primera también en toda la región.
Más allá del cáncer
Según el informe de DescLAB, tres cuartas partes de las más de mil eutanasias practicadas entre 2015 y 2024 fueron por diagnósticos oncológicos, principalmente cáncer de estómago, páncreas, recto y pulmón.
El 25 % restante corresponde a enfermedades no oncológicas, una proporción que crece desde 2021, cuando la Corte eliminó el requisito de tener una enfermedad terminal.
En 2024, más de dos tercios de las solicitudes se debieron a enfermedades incurables avanzadas o graves, mientras que las terminales representaron el 25 %.
«Estos datos muestran que el derecho a morir dignamente se está ejerciendo más allá del cáncer y las enfermedades terminales, respondiendo a realidades de sufrimiento diverso y a la ampliación de garantías por parte de la jurisprudencia», señaló en un comunicado Lucas Correa, autor del informe.
Los desafíos
Pese al crecimiento y al liderazgo regional de Colombia, la implementación de la eutanasia sigue enfrentando «serios desafíos» de acceso, transparencia y cumplimiento de la norma, advierte el informe.
Entre los problemas, resalta que en 2024 el tiempo promedio de respuesta de los comités fue de 33,5 horas, por encima del límite legal de 24.
También señala la desigualdad territorial: el 85,5 % de los procedimientos se concentró en Bogotá (42,9 %) y Antioquia (42,6 %).
Esto «demuestra que la garantía del derecho todavía depende del lugar de residencia y de la voluntad institucional», dijo Correa, «el reto es ampliar red y eliminar barreras administrativas».