La Paz, 15 ago (EFE).- El expresidente de Bolivia Evo Morales alertó este viernes a la «comunidad internacional» para que vigile posibles escenarios de «descontrol institucional y abuso de poder» que, según él, podría generar el reciente cambio en el alto mando militar de las Fuerzas Armadas, realizado por el presidente Luis Arce.
«Llama profundamente la atención el sorpresivo e imprevisto cambio del mando militar a solo dos días de las elecciones, prestándose a distintas hipótesis: desde la preparación de un fraude para cumplir acuerdos políticos hasta una posible renuncia del presidente por temor al descontrol interno con las fuerzas policiales, militares y la justicia del Estado», escribió Morales (2006-2019) en sus redes sociales.
Arce juramentó a los nuevos mandos militares la noche de este jueves en la casa de Gobierno en La Paz y dijo a los comandantes que «tienen una misión, además del mandato constitucional, de mantener la paz y la gobernabilidad del Estado y fundamentalmente de garantizar la estabilidad de todos los gobiernos legal y democráticamente constituidos».
El presidente Arce exhortó a los bolivianos a que este domingo acudan a las urnas para que se realice «un tránsito de Gobierno después de mucho tiempo de manera pacífica y democrática».
«Que quienes hemos ingresado por la puerta de esta Casa Grande, también salgamos por la puerta y dejemos el legado democrático para todo el pueblo boliviano», indicó Arce sobre el traspaso de poder al candidato presidencial que se imponga en los comicios.
Arce renunció a buscar la reelección presidencial en medio de una fuerte crisis económica en Bolivia por la falta de dólares y combustibles. El oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) eligió como candidato al exministro de Gobierno (Interior) Eduardo del Castillo, aunque las encuestas lo ubican en los últimos lugares de intención de voto.
Mientras que Morales, que está distanciado del mandatario desde finales de 2021, aseguró que «este cambio repite el patrón de anteriores designaciones, vulnerando la institucionalidad, ascendiendo a quienes no corresponde y privilegiando afinidades políticas antes que el mérito y el respeto a la carrera militar».
«El pueblo boliviano merece elecciones limpias, libres de manipulación y con plena sujeción a la Constitución y las leyes», agregó el exmandatario y líder cocalero.
Morales renunció a su militancia en el MAS después de liderar el partido por casi 30 años. Intentó postularse como candidato presidencial con un partido político «prestado», pero este no contaba con personería jurídica ante el Tribunal Supremo Electoral.
Morales tiene una prohibición constitucional para buscar un cuarto mandato, pues un fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional establece que la reelección solo puede darse «por una sola vez de manera continua». Ante este escenario, el expresidente y sus seguidores iniciaron una campaña para pedir el voto nulo, al considerar que ningún candidato «representa al pueblo boliviano».
Morales se encuentra resguardado en el Trópico de Cochabamba, en el departamento del mismo nombre, desde octubre, custodiado por cientos de sus seguidores que buscan impedir la ejecución de una orden de aprehensión en su contra por un caso de trata agravada de personas.
Para las elecciones de este 17 de agosto, los candidatos opositores, el empresario Samuel Doria Medina, de la alianza Unidad, y el expresidente Jorge ‘Tuto’ Quiroga (2001-2002) encabezan las encuestas, mientras que el presidente del Legislativo, el oficialista Andrónico Rodríguez, de la alianza Popular, es el candidato de izquierda mejor posicionado, entre el tercer y cuarto lugar en los últimos sondeos.
Los bolivianos elegirán presidente, vicepresidente y miembros del Legislativo para el próximo quinquenio, en medio de una fuerte crisis económica marcada por la falta de dólares, la escasez de combustibles y la peor inflación en décadas, que ha encarecido los productos de la canasta básica.