Madrid, 29 sep (EFE).- Virginia Brabancho, la encargada de la empresa pública Tragsatec de supervisar en 2021 el trabajo de Jéssica Rodríguez, expareja de José Luis Ábalos, le llamó la atención por no fichar: «Estoy viendo que no tienes guardados fichajes» o «Sin fichajes guardados no hay cheques (restaurante)», fueron algunas de las advertencias que le hizo al respecto.
Así consta en la transcripción, a la que ha tenido acceso EFE este lunes, de los mensajes de WhatsApp que se intercambió con ella y que, tras ser extraídos de su teléfono, se han puesto a disposición del juez del caso Koldo, Ismael Moreno, que investiga la contratación de la que fuera pareja de Ábalos en las empresas públicas Ineco y Tragsatec, de las que ella misma reconoció haber recibido un salario sin ir a trabajar.
«Hola Jéssica. Soy Virginia, de Tragsatec. He intentado contactar contigo varias veces. Necesito concretar contigo algunos datos para tu contratación», este fue el primer mensaje que le envió la que iba a ser su jefa el 12 de febrero de 2021.
Tres minutos después le responde Jéssica: «Buenas Virginia, lo sé, te devolví la llamada el otro día, pero no puedo atender llamadas personales en muchos momentos. El lunes me pongo en contacto contigo. Gracias. Buen fin de semana».
Ese lunes Jéssica contacta con Virginia Brabancho y acuerdan preparar el contrato para el 2 de marzo.
El 26 de febrero, Brabancho, tras intentar hablar con ella, le vuelve a escribir al WhatsApp, y ella se disculpa de nuevo y le vuelve a decir que en ese momento no puede «atender llamadas» y añade: «Te envié toda la documentación firmada anoche. Todo bien?»
La responsable de Tragsatec le indica que se lo envía de vuelta «corregido para firma» y le pide que se lo envíe de nuevo el lunes, a lo que Jéssica responde: «No te preocupes, envíamelo de nuevo y te lo reenvío firmado en un hueco que tenga libre».
El 2 de marzo, día en que comienza su trabajo en la empresa pública, Jéssica se pone en contacto con Virginia para comentarle que está teniendo problemas para conectarse a la «extranet».
Esta le pregunta entonces si está en la oficina o teletrabajando, y la expareja de Ábalos le confirma que está en su casa.
Al día siguiente, Jéssica vuelve a avisarle de problemas en la conexión y, tras las pertinentes explicaciones, Brabancho le dice: «Necesito saber qué régimen casa/oficina vas a hacer».
Tras ese mensaje, el siguiente que aparece es uno del 9 de marzo en el que Jéssica le comenta que no encuentra el apartado de «parte de horas», a lo que su jefa responde enviándole un pdf para tratar de solucionarlo.
El 24 de marzo es cuando le pregunta por primera vez por sus fichajes: «Buenos días, Jessica. Estoy viendo que no tienes guardados fichajes. Los fichajes son los que generan los cheques restaurante. Si no hay fiches (sic) guardados, no hay cheques… Llámame cuando puedas y te explico».
Jéssica le contesta al día siguiente y se pone de acuerdo con su jefa para que le explique por llamada. El 29 de marzo, Jéssica le plantea un nueva duda sobre cómo rellenar el registro de horas.
El último mensaje que intercambian es uno en el que Brabancho le vuelve a insistir el 30 de marzo: «Hola Jessica. Veo que sigues sin tener fichajes grabados. Algún problema?».
La responsable de Tragsatec aseguró ante el juez cuando declaró como testigo que sufrió «numerosas presiones» para no investigar las irregularidades de la que le dijeron que era «sobrina» de Ábalos, a través del subdirector de Adif, Ignacio Zaldívar, quien «supuestamente estaría canalizando las órdenes» de la expresidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, imputada en esta causa por este contrato de Jéssica Rodríguez.
