Expertos apuestan por formas de medir la obesidad más allá del índice de masa corporal

/Archivo. EFE/Sáshenka Gutiérrez

Málaga, 11 may (EFE).- Expertos reunidos en un simposio previo al 32 Congreso Europeo de Obesidad (ECO), que se celebra desde este domingo en Málaga han coincidido en la necesidad de progresar en las “métricas” de la obesidad y adoptar un enfoque más detallado y personalizado en la evaluación y tratamiento de esta enfermedad.

El índice de masa corporal (IMC) es una herramienta ampliamente utilizada para clasificar la obesidad, pero no refleja con precisión la adiposidad corporal ni la distribución de la grasa, lo que puede llevar a diagnósticos erróneos, ha informado este domingo la organización del congreso en un comunicado.

Por eso, se considera prioritario evaluar la composición corporal y, especialmente, el porcentaje de grasa corporal (BF %) y la masa muscular, ya que “proporciona una comprensión más precisa del riesgo cardiometabólico asociado con la obesidad”, según Javier Gómez Ambrosi, de la Clínica Universidad de Navarra.

Para este experto, “incorporar la evaluación de la composición corporal en la práctica clínica rutinaria es esencial si se quiere mejorar el diagnóstico, la estratificación del riesgo y el manejo personalizado de la obesidad”.

Medidas antropométricas adicionales, como la circunferencia de la cintura (WC) y la relación cintura-altura (WHtR), pueden complementar al IMC para una mejor evaluación del riesgo asociado con la obesidad.

Pero no solo es importante la composición, sino también la distribución de la grasa corporal, ya que “la grasa visceral tiene un impacto más significativo en el riesgo cardiometabólico que la grasa subcutánea, y su evaluación mediante técnicas de imagen puede mejorar la estratificación del riesgo”, ha precisado Gómez Ambrosi.

Patricia Yárnoz (Clínica Universidad de Navarra) e Isabel M. Vegas Aguilar (Hospital Virgen de la Victoria de Málaga) han asegurado que la combinación de medidas de variables antropométricas y bioquímicas “permite detectar de manera precoz alteraciones nutricionales y cambios en la composición corporal que facilitan un seguimiento personalizado del paciente”.

Como se ha puesto de manifiesto en este simposio, conocer la ingesta real del paciente permite establecer pautas adecuadas para asegurar el consumo óptimo de macronutrientes, con especial énfasis en la cantidad de proteínas, dentro de un patrón de dieta saludable que permita mantener la masa muscular del paciente y favorecer la pérdida de peso a expensas de la adiposidad disfuncional.