Ginebra, 28 abr (EFE).- Más de 2.000 expertos de todo el mundo iniciaron este lunes en Ginebra 12 días de reuniones para analizar la posible inclusión de tres grupos de productos químicos (los PFCAs, las parafinas cloradas y el clorpirifós) en la Convención de Estocolmo para la eliminación o reducción de químicos peligrosos.
El encuentro de Estados parte de esta convención, así como las de Rotterdam y Basilea (sobre el comercio y el movimiento transfronterizo de químicos peligrosos, respectivamente), finalizará el 9 de mayo y en él también se discutirán otras medidas para reducir el uso de sustancias dañinas para la salud o el medio ambiente.
El clorpirifós es un insecticida ampliamente usado en agricultura para combatir plagas, mientras que las parafinas cloradas, retardantes ante el fuego, se utilizan en sellamientos adhesivos, pinturas y barnices o en la industria textil.
En cuando a los PFACs (siglas de ácidos perfluorocarboxílicos), son ampliamente utilizados en tejidos, alfombras o espuma antiincendios, y se debatirá en concreto la eliminación o reducción de los de cadena larga (aquellos con ocho o más átomos de carbono).
En el marco de la Convención de Rotterdam se discutirá, entre otros puntos, un mayor control del comercio internacional del mercurio (cuyo uso ya está muy restringido globalmente por la Convención de Minamata), el herbicida Paraquat y otras sustancias, principalmente pesticidas.