Expertos llaman a proteger el suelo tras los fuegos del verano para recuperar los ecosistemas

Fotografía de archivo de un incendio forestal el pasado mes de agosto en Fasgar (León). EFE/ J. Casares

León, 15 sep (EFE).- Tras los incendios que este verano han arrasado más de 140.000 hectáreas en Castilla y León, investigadores de la Universidad de León (ULe) han alertado de que la recuperación de los ecosistemas no puede centrarse únicamente en la reforestación, sino que debe priorizar la protección del suelo, un recurso «frágil y esencial para la vida».

El Grupo de Ecología Aplicada y Teledetección (GEAT), con más de cuatro décadas de experiencia en el estudio de la Ecología del Fuego, ha sostenido este lunes en un comunicado que los primeros meses tras un incendio son «críticos» y que intervenir sin supervisión técnica puede agravar los daños.

«Ningún árbol puede prosperar si el suelo que lo sostiene ha perdido sus propiedades», ha advertido la catedrática de Ecología Elena Marcos, quien ha insistido en que «el suelo no es solo tierra, sino un sistema vivo que regula el ciclo del agua, almacena nutrientes y sostiene la biodiversidad».

Los investigadores han explicado que el fuego afecta principalmente a la capa superficial del suelo, donde se concentra la materia orgánica. Las consecuencias más graves han sido la pérdida de fertilidad, el aumento de la repelencia al agua y el riesgo de erosión.

Las lluvias intensas han podido arrastrar esta capa fértil, comprometiendo la regeneración natural del bosque y afectando también a ríos y embalses. En cambio, las precipitaciones suaves y constantes han favorecido la infiltración de cenizas, aportando nutrientes y facilitando la germinación.

Para mitigar estos efectos, GEAT ha recomendado aplicar medidas de restauración tempranas como barreras vegetales, acolchado con paja, siembras de especies fijadoras o la construcción de fajinas, siempre bajo supervisión técnica.

Además, el grupo ha trabajado con imágenes satelitales y validaciones de campo para elaborar mapas que permitan priorizar las zonas de actuación según la severidad del incendio, la pendiente y la vulnerabilidad del ecosistema.

Los investigadores han reclamado también la creación de un fondo de emergencia específico que permita actuar de forma inmediata tras un incendio, sin retrasos burocráticos. «El reto ha sido grande, pero también lo ha sido la oportunidad: entender que el suelo no es un recurso inagotable, sino un patrimonio que sostiene la vida misma», ha concluido Marcos.