Expresidente Toledo es trasladado a clínica en Lima tras orden de Tribunal Constitucional

Fotografía de archivo del expresidente peruano Alejandro Toledo. EFE/ Guillermo Azábal

Lima, 4 sep (EFE).- El expresidente peruano Alejandro Toledo (2001-2006) fue trasladado este jueves a una clínica particular en Lima, desde la prisión de Barbadillo, en la que está recluido por delitos de corrupción, en cumplimiento a un fallo del Tribunal Constitucional (TC) que aprobó su atención médica en el establecimiento elegido por el exmandatario, de 79 años.

El Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) informó este jueves, en su cuenta de la red social X, que Toledo será trasladado a la clínica San Pablo a fin de asistir a una consulta y evaluación ambulatoria, en cumplimiento a lo dispuesto por el TC.

«Esta medida se aplicará cada vez que el mencionado interno tenga programada una cita médica», agregó el Inpe.

Según allegados al exgobernante, como la exministra Doris Sánchez, Toledo necesita una evaluación en oncología por la presencia de un aparente cáncer en su organismo.

En agosto pasado, el Inpe informó que Toledo tiene enfermedades crónicas controladas y sin cambios significativos en su evolución, tras una evaluación médica en el penal, pero el exmandatario se quejó en una audiencia judicial de padecer sangrados, problemas cardíacos y de ansiedad.

El TC declaró nula una resolución previa del Primer Juzgado de Investigación Preparatoria del distrito de Ate que había negado la atención de Toledo en la clínica San Pablo, que el expresidente ha ofrecido cubrir con sus propios recursos económicos.

En Bardadillo, la cárcel de Perú reservada para expresidentes, también están recluidos los exmandatarios Ollanta Humala (2011-2016), sentenciado por lavado de activos a 15 años de cárcel, y Pedro Castillo (2021-2022), procesado por el fallido intento de golpe de Estado en 2022, mientras que Martín Vizcarra (2018-2022) sale este jueves en libertad tras tres semanas en prisión preventiva.

El traslado de Toledo se produce un día después de recibir su segunda condena por lavado de activos, en este caso por la creación de la empresa Ecoteva, en Costa Rica, a nombre de su suegra Eva Fernenbug, para recibir los millonarios sobornos de las empresas brasileñas Odebrecht y Camargo Correa.

El expresidente fue condenado a 13 años y 4 meses de cárcel por ese caso, pero ya cumplía desde octubre pasado otra sentencia de 20 años y seis meses de prisión por colusión y lavado de activos a raíz de los sobornos recibidos de Odebrecht para adjudicarle la construcción de dos tramos de la carretera Interoceánica durante su gobierno.