Fallece José Ángel De la Casa, maestro de la narración en TVE

Foto de archivo del periodista toledano José Ángel de la Casa. EFE/ José Angel

Madrid, 5 may (EFE).- José Ángel de la Casa Tofiño falleció este lunes a los 74 años en el hospital de Puerta de Hierro, en Majadahonda (Madrid). El ‘Tofo’, querido y admirado por toda una generación de periodistas deportivos, fue el emblema de TVE en las transmisiones en directo de Eurocopas, Mundiales de fútbol y JJOO. Desde 1979 a 2005 su voz entró en los hogares de toda España.

Su estilo sobrio, repleto de conocimiento y respetuoso con los protagonistas le hizo ganarse el afecto del mundo del deporte. Antes de ser periodista, jugó en el Talavera. Conoció el olor a linimento y la atmósfera de un vestuario.

Radio Televisión Española fue su casa. Desde sus inicios en RNE y Radio Peninsular, pasando por un período intenso de presentador de Estudio Estadio hasta la dirección de Deportes, José Ángel de la Casa es recordado cariñosamente por su famoso grito, gallo incluido, del 12-1 de España a Malta en Sevilla. El gol de Juan Señor. De la Casa alegró a un país tenue en términos futbolísticos que aún celebraba clasificaciones para la Eurocopa como aquella. Aún no levantaba títulos.

De la Casa tuvo participación activa en la preparación de aquel España – Malta. No había internet ni parabólicas en aquel 1983. Vicente Miera era el ayudante del seleccionador, Miguel Muñoz. Miera fue testigo en directo del Holanda – Malta anterior. Le hizo seis goles Holanda a Malta sin pisar el acelerador. Miera vio que marcarles 11 goles era factible. Pero, ¿Cómo transmitir esa tesis a los jugadores?. Miguel Muñoz llamó a José Ángel. Necesito urgente el video de ese partido, le dijo. De la Casa movió el tema por tierra, mar y aire. Y llegó a tiempo en plena concentración. Miguel Muñoz pudo poner aquel vídeo a los suyos. Poli Rincón, Juan Señor y compañía creyeron en aquella historia. Y el milagro llegó.

De la Casa fue pionero en introducir la figura del comentarista en TVE. Desde el Mundial de Italia con Juanito y Di Stéfano; al Mundial de EEUU en 1994 con Míchel y el director de cine, José Luis Garci, dos de sus grandes amigos en la vida.

Míchel se convirtió en el mejor comentarista de aquella época. Para José Ángel siempre fue el número uno. Garci, ganador de un Òscar, por ‘Volver a empezar’, siempre estuvo cerca. Le hizo un emotivo guiño en alguna de sus películas. En ‘Historia de un beso’, la película discurre en un pueblo asturiano imaginario llamado Cerralbos del Sella. Porque José Ángel era feliz en su pueblo, Los Cerralbos, en Toledo. Allí lleva su nombre las instalaciones deportivas.

Le entusiasmó el fútbol, pero también y mucho, el atletismo. Narrar el 1500 en los Juegos era vitamina para su vida. En septiembre de 2017 se dio el lujo de juntar en su pueblo por primera vez a su gran amigo y paisano José Luis González, a José Manuel Abascal, Fermín Cacho y Juan Carlos Higuero, un póker de medallistas inolvidables del atletismo español. Nunca estos campeones se habían reunido juntos . ‘Salvemos el 1500’, era el título de reflexión para poner encima de la mesa por qué esta prueba tan exitosa en España, atravesaba un momento incierto.

De la Casa fue la voz del fútbol español. Igual que en Italia, en la RAI lo fue Bruno Pizzul, o en Uruguay, el Toto Jorge Da Silveira. Fallecidos ambos también en los últimos años.

José Angel de la Casa viajó mucho. Viajó tanto que en los aviones, los enviados especiales, cuando se veía el paisaje de la ciudad en destino desde la ventanilla, bromeaban a menudo con una frase que se repetía una y otra vez: ”Esto es mucho más bonito de lo que decía el Tofo”.

Sus últimos años fueron de lucha contra el Párkinson. Llevó con dignidad su enfermedad hasta el final. Participó en una campaña pública para ayudar a buscar avances desde la ciencia. Hace unos meses, en Sevilla, Gerardo González Otero, ex secretario general de la RFEF, organizó un emotivo homenaje conmemorando el 12-1 a Malta. No faltó nadie. Buyo, Señor, Carrasco… Todos disfrutamos de un ratito de José Angel.

Con su cerveza y sus aceitunas era feliz en su tiempo de ocio. Maestro de periodistas deportivos, sus hijos Juanma y Javi heredaron su pasión y recogen un legado imborrable.

Luis Villarejo