Falta de cobertura expone a países de Latinoamérica ante desastres naturales

Fotografía de archivo del 28 de octubre de 2023, que muestra la destrucción causada por el huracán Otis en Acapulco (México). EFE/ David Guzmán / Archivo / SOLO USO EDITORIAL/ NO VENTAS/ SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

Ciudad de México, 31 jul (EFE).- Las pérdidas aseguradas por catástrofes naturales podrían superar los 145.000 millones de dólares en 2025, mientras América Latina apenas cubre un 13 % de sus daños económicos por desastres, lo que refleja una preocupante brecha de protección en la región, siendo México el país más expuesto, advirtió un especialista.

Alberto Ávila, consultor independiente con más de 35 años en el sector reasegurador, señaló que las pérdidas globales aseguradas por este tipo de eventos naturales crecen entre un 5 % y 7 %, según datos del Swiss Re Institute.

Sin embargo, advirtió de que ese promedio “se va a quedar corto” ante el impacto creciente de fenómenos cada vez más intensos e impredecibles, alimentados por el cambio climático y la urbanización descontrolada.

“Lo que pasó con el huracán Otis en Acapulco es solo un ejemplo. En menos de nueve horas pasó de categoría 1 a 5. Ningún modelo predictivo lo anticipó. Eso nos habla del nivel de exposición que tenemos hoy, y que va en aumento”, explicó.

México, el más expuesto 

Tan solo en 2024, América Latina registró 26 catástrofes naturales con pérdidas económicas estimadas en 11.600 millones de dólares.

No obstante, solo 1.500 millones de esa cifra estaban asegurados, lo que representa menos del 13 % de cobertura en toda la región.

“La brecha de protección es crítica”, apuntó Ávila y abundó que en México «es todavía más profunda, porque, siendo el país más expuesto, es también de los que menos cultura del seguro tiene. Eso pone en riesgo a millones de personas”, lamentó.

A diferencia de otros países, México enfrenta un cóctel de amenazas simultáneas: terremotos, huracanes, incendios forestales y lluvias extremas.

Según el especialista, mientras otras naciones sudamericanas enfrentan más problemas meteorológicos menores o de lluvias estacionales, México combina riesgos sísmicos y ciclónicos de alta intensidad.

Tan solo en este año se espera la formación de 37 ciclones, cinco de los cuales impactarían directamente al país, por encima del promedio histórico.

En paralelo, el crecimiento urbano no planificado y la construcción en zonas de riesgo agravan la exposición.

Costos crecientes, cobertura insuficiente 

Asegurar propiedades en zonas de riesgo en México se ha vuelto prohibitivo, según Ávila, quien explicó que, después de eventos catastróficos como Wilma o Emily en la Riviera Maya, las aseguradoras han subido cuotas y reducido coberturas.

En Cancún, por ejemplo, dijo que los seguros contra ciclones llegaron a costar entre 10 % y 15 % del valor total asegurado.

“Hoy casi ninguna compañía da cobertura en zonas de playa”, contrastó, al reconocer que la oferta se ha restringido tanto que podría enfrentarse una crisis de capacidad y que contratar un seguro sea demasiado caro o simplemente no disponible.

Además, precisó que la penetración del seguro en México es de apenas 2,7 % del PIB, muy por debajo del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (9 %) y del promedio latinoamericano (6 %).

“La única salida es crecer la base de asegurados y generar una cultura de prevención, empezando por los sectores más vulnerables”, dijo Ávila.

Urge conciencia y regulación 

Ávila destacó que los seguros deben volver a concebirse como una mutualidad: un fondo común que protege a todos.

En la medida en que más personas se aseguren, los costos bajan. Pero hoy la mayoría piensa que un seguro es caro o que nunca lo va a necesitar, aseguró.

El especialista también urgió a repensar la regulación y evaluar la obligación legal para ciertos seguros básicos, como el de responsabilidad civil para vehículos.

“La regulación puede hacer una diferencia enorme si se implementa bien, pero debe ir acompañada de educación y de acceso”, concluyó.