València, 23 abr (EFE).- Familiares de víctimas de la dana que arrasó parte de la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre y que han declarado este miércoles ante la jueza de Catarroja (Valencia) que instruye la causa, han coincido en señalar que el mensaje del Es-Alert llegó tarde porque sus allegados murieron por un “tsunami” una hora antes de que lo recibieran.

Así se han manifestado este miércoles en la Ciudad de la Justicia tras comparecer ante la jueza la mujer y el hijo de Ángel Belencoso, que falleció intentando sacar su coche del garaje en Catarroja, y la mujer de Miguel Manuel Bonilla, que murió tratando de evitar que entrara agua a su casa ubicada junto al barranco del Poyo en Paiporta.
Salvador Beloncoso ha asegurado que el Es-Alert llegó “una hora posterior a que mi padre desapareciera” y ha asegurado que “murió cuando vino la ola”.
María Ángeles Martínez, mujer de Miguel Manuel Bonilla, ha narrado a la jueza que les “sorprendió una ola gigante, un tsunami que vino de golpe, tiró todas las puertas y paredes de los garajes” y su marido se quedó en la parte de abajo de la casa. “No sé para qué recibimos la alerta porque mi marido ya estaba muerto”, ha lamentado.
Salvador Belencoso ha explicado que la jueza se ha centrado en preguntarles qué sucedió ese día y si llamaron al 112. “A mi madre se lo cogieron pero a mí no. Mi padre murió en el garaje intentando sacar el coche cuando vino la ola y mi madre ya no pudo comunicarse con él”, ha relatado.
Al igual que su madre, Salvadora Palomeque, han reprochado que estuvieron “totalmente desatendidos durante cinco días” hasta que sacaron a su padre del garaje.
“No es de recibo que no viniera nadie a ayudarnos y lo que más nos inquieta es cómo pudieron dejar que el barranco se inundara de tal manera y se desbordara con la ola que vino”, ha criticado, al tiempo que ha añadido: “si no cayó ni una gota, no entendemos cómo vino esa ola; no se cuál pero desaguaron alguna presa y esa es nuestra queja”.
Salvadora Palomeque ha explicado que mientras su marido estaba en el garaje le cogieron “dos veces” el teléfono en el 112 y cuando bajó de madrugada “todo estaba inundado y no vino nadie en cuatro días”.
“Pudimos despedirlo después de once días”, ha rememorado y su hijo ha añadido que tanto Pradas como Argüeso, los únicos investigados en la causa, “intentan salvar su culo” y será la justicia la que diga de quién es la responsabilidad.
Por su parte, María Ángeles Martínez ha relatado que ella se salvó “por segundos” cuando les sorprendió la ola y su marido, de 62 años y profesor de la Ciudad del Aprendiz durante cuatro décadas, “se quedó abajo y ya no pudo salir”.
Ha explicado que su vivienda era un adosado junto al barranco del Poyo en Paiporta y que no ha hecho falta que la jueza le preguntada por las llamadas al 112 porque le ha dicho que su cuñada “lo intentó pero fue imposible contactar” con este servicio.
Martínez ha asegurado que la UME llegó “posiblemente” por el llamamiento que hizo su hijo en las redes sociales. “Intentaron entrar en el garaje pero no hubo forma. Me dijeron que si mi marido estaba dentro, estaría muerto y que iban a buscar a gente que les hiciera falta”, ha indicado.
A su juicio, “si la alerta la hubieran dado la tarde del día de antes y hubiesen dicho que no hubiera colegios ni se fuese a trabajar, muchas muertes se hubieran evitado; la de mi marido, seguro”.
“Estábamos tranquilos porque no pensábamos que se iba a desbordar, que se iba a llenar de alguna forma pero no el tsunami que vino, no estábamos preparados para eso”, ha asegurado.
Preguntada por el aviso Es-Alert, ha lamentado que le mandaran tantos después del de las 20.11 horas, cuando no hacía falta “si la gente ya estaba muerta”.
Ambas familias han señalado que ha sido “muy duro” recordar lo que pasó el 29 de octubre y que la jueza ha sido “empática” y les ha dejado “decir lo que sentían”.