Familias lanzan SOS por disidentes muertos bajo custodia en Nicaragua
San José, 1 sep (EFE).- Familiares de disidentes bajo custodia en Nicaragua lanzaron este lunes un SOS global luego de que dos opositores y críticos con el Gobierno que dirigen los esposos y copresidentes, Daniel Ortega y Rosario Murillo, fallecieran tras las rejas en la última semana. Los familiares demandaron al Estado de Nicaragua una prueba de vida de sus seres queridos, y compararon la muerte bajo custodia de los opositores Mauricio Alonso y Carlos Cárdenas Zepeda con las que ejecutaba la extinta Guardia Nacional del dictador Anastasio Somoza Debayle. «Mi hijo, hasta este momento, sigue desaparecido. No sé dónde lo tienen, no sé si está vivo, si está muerto», clamó Rosa Ruiz, madre del médico Yerry Gustavo Estrada Ruiz, de nacionalidad costarricense-nicaragüense y reportado como detenido desde el pasado 13 de agosto. En declaraciones ante organismos humanitarios nicaragüenses, con sede en Costa Rica, Ruiz dijo que la noticia de los dos fallecidos bajo custodia le ha causado alarma y preocupación, por lo que demandó que muestren con vida a su hijo, de 30 años. «Esto es urgente. Qué el mundo ayude, que los países que puedan, ayuden, porque no creo que no puedan hacer nada por estas personas que están desaparecidas y están siendo torturadas psicológica y físicamente», abogó. Aseguró que en general se percibe «un silencio enorme» sobre la muerte de los dos disidentes bajo custodia, lo cual es preocupante para las familias que opositores detenidos. «Como madre, me siento devastada» «Yo, como madre, me siento devastada, que no sé para dónde coger ya, porque la verdad que mi hijo corre peligro su vida», afirmó Ruiz, quien afirma haber pedido ayuda al Gobierno de Costa Rica, donde nació su hijo, «para que intercedan y ver qué se puede hacer, porque la incertidumbre es grande». «Sólo me hace recordar cómo la Guardia de Somoza llegaba a tirar los cuerpos de los hijos de las personas a las puertas de su casa, partido en dos», comparó. «Hoy me aterroriza pensar que mi hijo vaya a ser una de esas personas que sólo me la lleguen a tirar, pero sin vida», agregó. Por su lado, Sadie Rivas, hija del militar retirado opositor Ánibal Rivas y reportado como detenido desde mayo pasado, sostuvo que decenas de hogares nicaragüenses viven con la angustia permanente de no saber dónde se encuentran sus seres queridos ni en qué condición están. «La vida de nuestros familiares está en riesgo permanente y el silencio oficial no es más que una confirmación de la crueldad con la que actúa este régimen», señaló Rivas, quien hizo un «llamado urgente a la comunidad internacional, a los organismos de derechos humanos y a los gobiernos democráticos del mundo a no guardar silencio». Llamado a la ONU y a EE.UU. Según Rivas, más de 30 personas se encuentran en estado de desaparición forzada desde hace más de dos años en Nicaragua sin que las autoridades den información sobre ellos, por lo que exigió una prueba de vida de sus seres queridos. Adolfo Hurtado, hermano de otra persona reportada como desaparecida, comentó que guardar silencio «no es una alternativa», porque «no garantiza que no lo van a torturar, que no lo van a matar», por ese, dijo, se suma a la denuncia. En tanto, Francisco Ortiz. padre de otra persona desaparecida, instó a las familiares a enviar una carta al secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, para «darle cuenta y darle información lo que estamos viviendo» en Nicaragua, y tocar puertas en Naciones Unidas. Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se acentuó tras las controvertidas elecciones de noviembre de 2021, en las que Ortega, de 79 años y en el poder desde 2007, fue reelegido para un quinto mandato, el cuarto consecutivo. Esos comicios tuvieron lugar con sus principales contendientes en prisión, a los que luego expulsó del país y privó de su nacionalidad y de sus derechos políticos, tras acusarlos de «golpistas» y «traición a la patria».