Felipe VI advierte de que el refuerzo de la defensa europea es una necesidad apremiante

El rey Felipe VI de España y la reina Letizia, durante la ceremonia de clausura del 75º curso académico del Colegio de Europa en la ciudad belga de Brujas. EFE/ Casa De S.M. El Rey / José Jiménez

Brujas (Bélgica), 20 jun (EFE)- El rey Felipe VI advirtió este viernes de que el refuerzo de las capacidades de seguridad y defensa europeas ha pasado de ser un ámbito de cooperación relevante pero limitado a una «necesidad real y apremiante» que no se puede hacer sin la OTAN.

El rey Felipe VI durante la ceremonia de clausura del 75º curso académico del Colegio de Europa en la ciudad belga de Brujas. EFE/ Casa De S.M. El Rey / José Jiménez

Así lo destacó el rey de España en el discurso de clausura de la promoción Jacques Delors 2024/2025 del Colegio de Europa, en Brujas, donde se forman los futuros altos funcionarios de las instituciones europeas, a los que recordó que el debate se centra ahora en la seguridad y la defensa europea, porque «la erosión del orden mundial ha hecho saltar todas las alarmas».

Los reyes de España Felipe VI y Letizia asisten a la ceremonia de clausura del 75º curso académico del Colegio de Europa en la ciudad belga de Brujas. EFE/ Casa De S.M. El Rey / José Jiménez

«No debemos olvidar que Europa justifica su existencia respondiendo eficazmente a las necesidades que surgen en cada etapa. Nosotros, los ciudadanos europeos, debemos trabajar juntos para satisfacer esas necesidades y dar este paso adelante sin socavar otras políticas esenciales», indicó Felipe VI, que recalcó que la UE no puede fortalecer sus capacidades sin considerar sus alianzas, y en particular la OTAN, «de la que depende en gran medida la seguridad en Europa».

Una alianza que es de Estados democráticos, recordó el rey, que asistió junto a la reina Letizia a esta clausura del curso del Colegio de Europa con motivo de su 75 aniversario, un centro que ya visitó como príncipe en 1999 y a cuyos alumnos instó a fomentar en sus carreras el diálogo transatlántico.

Europa, explicó el monarca, siempre ha tomado el rumbo necesario para responder a las necesidades acuciantes en tiempos de agitación, como fueron la bipolarización del mundo, la carrera armamentística, el proceso de descolonización, la crisis del petróleo, el colapso soviético, el surgimiento de un mundo multipolar, la crisis económica y financiera, la pandemia mundial o la aparición de las redes digitales y la inteligencia artificial.

Y ahora, incidió el rey, el siguiente paso del proyecto europeo es la defensa y la seguridad, un ámbito estrechamente vinculado a la idea de Europa y su supervivencia, ya que nació de la paz tras dos guerras mundiales, con la aspiración de evitar que la guerra volviera a suelo europeo, lo que, en opinión del monarca, también debería impregnar las políticas europeas.

Los recursos y las fuerzas armadas combinados de los Estados miembros tienen un enorme potencial y su prestigio es indiscutible, afirmó Felipe VI, que consideró no obstante que es necesario avanzar «mucho» en la armonización de los recursos, la capacidad de planificación, las estructuras de mando y las industrias de defensa.

Todo ello cuando el mundo de los derechos humanos, de la Carta de Naciones Unidas, del multilateralismo y la resolución pacífica de controversias se ve cada vez «más socavado y cuestionado, incluso por algunos de sus mayores defensores y primeros promotores», sostuvo.

Tras referirse al conflicto de Oriente Medio y la preocupante escalada de hostilidades entre Israel e Irán o a la guerra de agresión e invasión que sufre Ucrania, el rey señaló cómo la guerra ha sembrado una nube de duda y una sensación de inseguridad sobre el derecho internacional.

Así, agregó, principios básicos como el respeto de la independencia soberana y la integridad territorial de los Estados «se están degradando ampliamente»: «las reglas del juego están amenazadas, los beneficios de la diplomacia y la cooperación honesta están en peligro y lo que está en juego es nuestro propio modo de vida», alertó.

No obstante, en otras ocasiones el proyecto europeo superó crisis «existenciales», dijo el jefe del Estado español, que confió en que pueda hacerse de nuevo «respondiendo con más Europa» y que los europeos lo demuestren «tantas veces como sea necesario»: «Que nadie subestime nuestra capacidad, como europeos, para afrontar los retos que se nos presentan», advirtió.

Para ello, esgrimió los valores que dan fuerza a los europeos, que no se encuentran en «eslóganes o pancartas» o en «la confusión entre liderazgo y radicalismo», sino en la razón, en el pensamiento ético: «Y Europa —la idea de Europa— es uno de los productos más grandes y sabios de la razón».

«Nunca antes en la historia -recalcó- una Europa unida, fuerte y cohesionada había sido tan vital para el mundo y, por supuesto, para nosotros los europeos».