Fernando Belasteguín: «El día de mi despedida fue el mejor de mi carrera profesional»

Fernando Belasteguín, que fue número 1 de pádel durante 16 años consecutivos, durante la entrevista concedida a la agencia EFE, con motivo de la publicación de su libro "Bela.La historia continúa". EFE/Marta Pérez

Barcelona, 30 jul (EFE).- El 21 de diciembre de 2024 marcó el punto final de la trayectoria deportiva de la leyenda del pádel Fernando Belasteguín (Pehuajó, Buenos Aires, 1979), quien se despidió de las pistas tras más de treinta años en la élite y dieciséis temporadas como número uno del mundo.

Fernando Belasteguín, que fue número 1 de pádel durante 16 años consecutivos, durante la entrevista concedida a la agencia EFE, con motivo de la publicación de su libro "Bela.La historia continúa". EFE/Marta Pérez

Lo hizo en su casa durante los últimos dieciocho años, Barcelona, arropado por familiares, amigos y miles de aficionados que corearon su nombre en una emotiva despedida que supuso «el mejor día» de su carrera profesional, asegura.

Fernando Belasteguín, que fue número 1 de pádel durante 16 años consecutivos, durante la entrevista concedida a la agencia EFE, con motivo de la publicación de su libro "Bela.La historia continúa". EFE/Marta Pérez

Meses después, ya centrado en nuevos proyectos personales y empresariales, ‘Bela’, cómo le gusta que le llamen, repasa en una entrevista con EFE los momentos más significativos de su trayectoria y analiza el presente y el futuro del pádel profesional.

Pregunta: ¿Cómo recuerda el día de su despedida?

Respuesta: Bueno, el día de la despedida fue el mejor día de mi carrera profesional. Fue increíble. Siempre entrené pensando que lo mejor de mi carrera estaba por llegar, y que haya sido el último día fue espectacular. Pude tener a toda mi familia conmigo; fue un cierre de carrera increíble, lo disfruté un montón.

P: ¿Cómo es su vida ahora?

R: Tenía muy claro que en algún momento el deporte profesional se tenía que terminar, y tenía bonitos proyectos: tanto la marca Wilson Bela como la creación de los clubes Bela Padel Center.

En Alicante empezamos hace cinco años, para ver cómo funcionaba la marca, la metodología. Y tenía claro que tenía que tener un club en Barcelona, que es donde vivo desde hace 18 años.

Estoy muy contento en esta nueva etapa de mi vida. Sobre todo porque pude dejar el deporte cuando yo quise, que hay muchas veces que el deporte te saca antes. Y ahora estoy muy contento, disfrutando de nuevos proyectos, de trabajar con gente amiga e ilusionado con esta próxima apertura que se viene en Barcelona.

P: En la segunda parte del libro BELA, la historia continúa, arranca su etapa con Pablo Lima, con quien extendió el número uno del mundo hasta 2018. ¿Cómo recuerda esos años a su lado, marcados tanto por los triunfos como por las lesiones?

R: Con Pablo (Lima) los dos primeros años fueron impresionantes: perdimos un partido por año. En el tercero seguimos siendo número uno del mundo. Pero en 2018, una lesión grave en el codo —que incluso me hizo plantearme dejar de jugar— nos hizo perder ese lugar. Aun así, lo recuerdo todo con muchísimo cariño, incluso esos momentos duros que a ningún deportista le gusta atravesar.

Formamos un equipo muy unido. De hecho, en nuestro primer torneo juntos, él se lesionó, y desde el principio las lesiones fueron una constante en nuestra pareja. Sin embargo, supimos afrontarlas y salir adelante.

P: Un capítulo muy importante del libro es el de la salud mental. Narra cómo la distancia de su tierra, Pehuajó, y de su familia le generó un vacío difícil de explicar, que más adelante identificó como depresión. ¿Cómo logró superar ese momento?

R: Mi madre convive con depresión crónica, así que conozco muy bien los síntomas de la depresión. Desde que vivo en España, solía ir a ver a mi familia todos los años, salvo en 2020 por la pandemia, y eso lo noté mucho.

En 2021 empecé a experimentar síntomas similares y, tras hablar con Teddy (Puig), que es amigo mío y fue mi manager, me puse en manos de su suegra, que es psicóloga, quien en la cuarta sesión me dijo que lo que realmente necesitaba era volver a estar con mi familia.

Para mí, ir a Pehuajó siempre fue una recarga de energía, un lugar donde volvía a ser yo mismo. Pude visitarlos después de dos años y, poco después, ganamos con Arturo (Coello) el primer torneo de 2022 en Estados Unidos, lo que confirmó lo importante que es para mí estar cerca de ellos.

P: Algo que impresiona de su trayectoria es cómo, a pesar de las lesiones, siempre encontraba un motivo para recuperar la ilusión. ¿Qué le impulsaba?

R: Lo que me ha mantenido siempre es la motivación de jugar por mi familia.

Las lesiones son un dolor físico que dura un tiempo, pero el dolor del corazón, el que sientes por estar lejos de tu familia, es incomparable. Es ese dolor de haber dado un beso a mis abuelos a finales de enero y no saber si en diciembre podré darles otro o, tal vez, solo una flor.

Cuando experimentas ese dolor de corazón, nada se compara con él. Por eso, aunque la lesión fuera grave, mi fuerza de voluntad y que estaba en manos del equipo que yo tenía, me daba una tranquilidad para afrontar cualquier lesión.

P: En el libro cuenta que en la recta final de su carrera dejó de jugar por títulos y empezó a hacerlo para sentirse bien en la pista y competir sin dolor. ¿Le costó asumir ese cambio de mentalidad y entender que ya no se trataba de ganar, sino de disfrutar del juego?

R: No, es que te tienes que ir adaptando a la realidad. Para mí, no hay nada más real que el deporte en la vida. Puedes decir: «No, yo podría haber hecho esto, podría haber hecho lo otro», pero el deporte es lo más sincero que hay, porque te coloca en el lugar que te mereces.

P: Hoy el circuito está dominado por Agustín Tapia y Arturo Coello, que desde mayo de 2023 son los número 1. Desde fuera parece casi imposible igualar lo que logró con Juan Martín Díaz: 15 años consecutivos en la cima. ¿Cree que podrán alcanzar ese récord?

R: Sin duda, sí. Yo creo que si nosotros lo hicimos, ¿por qué no podrían hacerlo otros? Yo lo veo así, si ya lo han hecho otros, es porque no es imposible, entonces, yo veo a ellos dos con la posibilidad de lograrlo.

Sigue siendo la misma línea del pádel profesional, donde solo dos parejas luchan por el número uno, como ha ocurrido en toda la historia del deporte. Y a Arturo (Coello) y a Agustín (Tapia) los veo capaces de marcar una época y, ¿por qué no?, de hacer lo que nosotros hicimos.

P: Compartió pista con ambos en la última etapa de su carrera y ellos acostumbran a decir en entrevistas que usted les enseñó el valor de la ambición y del trabajo. Pero, ¿qué aprendió usted de estar al lado de dos jóvenes que hoy marcan el ritmo del pádel mundial?

R: Sobre todo, me devolvieron la ilusión de poder pelear por ganar torneos, que para un deportista es increíble. Yo lo dije muchas veces: estaré muy agradecido porque ellos, con esa edad, me dieron la posibilidad de jugar con ellos. Podrían haber jugado con chicos más jóvenes, pero eligieron jugar conmigo, dándome la oportunidad de ganar torneos.

Cuando estaba compitiendo no lo valoraba, porque ganaba y quería seguir mejorando. Ahora, que lo veo con más tranquilidad, siento un orgullo muy grande al saber que gané torneos con 43 años y seis meses.

P: Su retirada se produjo después de la implementación del circuito unificado, un objetivo por el que luchó durante años. ¿Qué significado tiene para usted haberlo visto hecho realidad?

R: Yo siempre peleé por el pádel como deporte. A lo largo de mi carrera me enfrenté a todos los que querían convertir el pádel en un negocio. Eso me causó muchos dolores de cabeza y me hizo pasar por situaciones difíciles, tanto públicas como privadas. Pero yo siempre me planté frente a quienes no valoraban el pádel como deporte.

P: Al igual que sucede en otros deportes, hay una pareja dominante —Arturo Coello y Agustín Tapia— que parece estar por encima del resto. ¿Cree que ese dominio perjudica el espectáculo o, por el contrario, lo potencia?

R: Si hay una pareja que gana el 80 % de los torneos, en vez de decir «es un deporte aburrido» o cualquier otra cosa, lo que hay que hacer es felicitarlos. Que se preocupen los demás por intentar ganarles.

Yo lo veo así. En el deporte gana uno solo, y si estos dos son tan buenos jugando juntos que ganan el 80 % de los campeonatos, hay que reconocerlo y felicitarlos, porque lo que están haciendo es realmente admirable. EFE

Adrián Vázquez