Madrid, 3 may (EFE).- El Masters 1000 de Madrid, el cuarto de cada temporada, el segundo en arcilla, tendrá un nuevo campeón, el británico Jack Draper o el noruego Casper Ruud, vencedor de una final inédita, distanciada esta vez de los pomposos nombres que habitualmente resaltan en el circuito.

Draper o Ruud heredarán la corona obtenida el pasado año por Andrey Rublev que recogió el testigo del dominio de jugadores que recientemente marcan la pauta de la competición como Carlos Alcaraz, el alemán Alexander Zverev o el serbio Novak Djokovic. Sin el español, que se echó a un lado antes de saltar a la Caja Mágica y con precipitadas eliminaciones del alemán o el serbio, el abanico de aspirantes se abrió. Y Ruud, uno de los mejores en arcilla en los últimos tiempos, con ganas de recuperar su lugar en la clasificación mundial, y Draper, emergente y afianzado en el 2025, su mejor año, han llegado hasta el final de forma incuestionable.
Nunca han coincidido en la cancha estos dos jugadores de la misma generación pero con trayectos distintos. Al inglés, de 23 años, de Sutton, le ha costado asentarse entre los grandes del circuito y concentrar la atención del seguidor de su país acostumbrado a los éxitos y el talento de Andy Murray y, antes, de Tim Henman.
Ruud, sin embargo, tuvo una presencia fulgurante en el tour y pronto se dejó ver por los tramos decisivos de los grandes torneos. El jugador de Oslo, gestado en la Academia de Rafa Nadal, ya ha acariciado el éxito en los Grand Slam. Cuenta con dos finales de Roland Garros y una del Abierto de Estados Unidos. Todas sin éxito. Tampoco ha logrado amarrar un Masters 1000. Madrid es una nueva oportunidad para el escandinavo, aparentemente en declive y que en la Caja Mágica ha vuelto a emerger.
Jack Draper será el lunes el quinto jugador del mundo, el más alto de su carrera. Jugará en Madrid su primera final en tierra para erigirse en el tercer hombre nacido en el siglo XXI presente en la lucha por un título Masters 1000. Tocó el cielo meses atrás cuando se coronó en El Masters 1000 de Indian Wells. Tiene ya algo el inglés que aún no ha podido lograr su adversario. Perdió las dos finales de esta categoría que previamente jugó. En Miami en el 2022, superado por Carlos Alcaraz, y en Montecarlo, en el 2024, batido por el griego Stefanos Tsitsipas.
Es el británico el jugador con mejor ránking de los que han acelerado por el triunfo en la segunda semana. Sin Jannik Sinner, sin Alcaraz, ni Zverev ni Djokovic y con el adiós temprano de Taylor Fritz ha sido capaz de defender hasta el último tramo su condición
El cuarto británico en llegar a las semifinales del Abierto de Estados Unidos, sin perder un set, estrenó su palmarés en Stuttgart en el 2024, que agrandó con el éxito en Viena ese mismo año. Pero su golpe de efecto fue en Indian Wells este mismo 2025.
La victoria en semifinales contra Lorenzo Musetti, ante el que subrayó la estupenda adaptación de su juego a la tierra batida, Draper superó a Alexander Zverev y se situó segundo en la Carrera (Race) hacia Turín. Si es capaz de vencer a Ruud, tendría a tiro a Alcaraz, primero en el puesto. Draper pretende merecer disputar por primera vez las Finales ATP.
Ruud también ha aprovechado su presencia en Madrid. Volverá al top ten del que se cayó hace dos semanas. Nadie ha ganado tantos partidos en tierra como él desde el inicio del 2020, con 124, y ahora afronta su decimoséptima final en arcilla para sumar su duodécimo título en este terreno.
Es la vigésima quinta final del jugador de Oslo, que en semifinales se deshizo del argentino Francisco Cerúndolo. Ha ganado doce, once en polvo de ladrillo. Y ha perdido otras tantas. Será su tercera final Masters 1000. “Perdí dos antes. Espero que a la tercera sea la vencida”, indicó Ruud al asegurar su presencia en la final.
El que fuera número dos del mundo, pero que llegó en el 15 a la Caja Mágica, el primer noruego en ganar un título ATP, disputar las Finales ATP y alcanzar una final de Grand Slam (Roland Garros en el 2022 y 2023 y Abierto Estados Unidos 2023), persigue el éxito más grande de su carrera. Finalista este año en Dallas, sin éxito, ya tiene asegurada su vuelta entre los diez mejores del mundo. Si gana, además, será el sexto del ránking.
Santiago Aparicio