Frank Cuesta recibe el alta hospitalaria tras la salpicadura de una cobra en Tailandia

Fotografía de archivo del naturalista español Frank Cuesta.
EFE/David Aguilar

Bangkok, 20 abr (EFE).- El youtuber y naturalista español Frank Cuesta ya ha recibido el alta y se encuentra este domingo fuera del hospital donde fue ingresado durante 24 horas tras resultar envenenado en Tailandia por la salpicadura de una cobra escupidora.

“Salí ayer del hospital tras permanecer 24 horas en observación para asegurarse que el veneno no ha llegado a la sangre”, declaró Cuesta a EFE por teléfono.

El español señala que la inflamación en los ojos ha remitido y ahora tendrá que someterse durante dos semanas a un tratamiento, con gotas y cremas, antes de visitar un oftalmólogo.

El naturista relata que una persona llamó a la puerta del santuario de animales que regenta en el país para avisar que habían visto una cobra.

El español fue a capturar a la serpiente pensando que se trataba de una cobra monócula, muy parecida a la cobra escupidora pero sin la habilidad de expulsar el veneno, cuando el reptil le lanzó la toxina.

El veneno de la cobra escupidora suele causar irritación en los ojos y, en los casos más severos, ceguera, pero si el tóxico se filtra a través del lagrimal a otros conductos internos y llega a la sangre puede resultar mortal.

El español, que lleva años residiendo en el país, se encuentra desde principios de marzo en libertad bajo fianza tras ser acusado en el Tribunal Provincial de Kanchanaburi por supuesta posesión ilegal de animales salvajes protegidos.

El arresto y acusación partió de una denuncia ante la Policía tailandesa “en el que se afirmaba que un extranjero estaba en posesión de animales salvajes protegidos sin permiso”, según indicó entonces el Departamento tailandés de Parques Nacionales, Vida Silvestre y Conservación.

Los oficiales realizaron a finales de febrero una redada dentro de su propiedad, donde encontraron un total de diez animales de fauna silvestre protegida (nueve nutrias de uñas pequeñas y una pitón pico de pato) “sin ninguna documentación oficial que acredite su adquisición”.

Según la ley tailandesa, delitos vinculados con la apropiación indebida de animales salvajes acarrean desde multas a varios años de cárcel, o ambas sanciones, en función de las circunstancias.