Tucson (EE.UU.), 26 sep (EFE).- Robin Hoover, el fundador del Fronteras Compasivas, que por dos décadas se ha dedicado a instalar estaciones de agua para salvar a migrantes que atraviesan el desierto en la frontera con México, dijo en una entrevista con EFE que hablar de una reforma migratoria en Estados Unidos es un «suicidio político».

Este pastor, galardonado en 2006 con el Premio Nacional de Derechos Humanos del Gobierno mexicano por su labor humanitaria, considera inédito el nivel de hostilidad del Gobierno de Trump hacia los inmigrantes.
«Nunca en mi vida había visto un ataque como el que estamos viendo en contra de la comunidad migrante, las redadas, los arrestos en las calles y centros de trabajo y el uso de la Guardia Nacional para asistir en la separación de familias», se lamentó.
El pastor cristiano retirado, que lanza este viernes el libro ‘Los migrantes importan: Hacia una ley y un orden diferentes», está convencido que ni republicanos ni demócratas pueden salvar a los migrantes. Para el activista debe haber una «tercera opción», pero especialmente invitó a los estadounidenses a defenderlos.
«Tenemos que ser realistas, nunca volveremos a tener una amnistía como la que se aprobó en 1986, la palabra ‘amnistía’ se ha convertido en un tabú, cuando se habla de una reforma migratoria», explicó.
En su nuevo libro relata parte de lo que ha presenciado en las últimas cuatro décadas y cómo la respuesta al tema migratorio ha sido, una y otra vez, el aumento de agentes fronterizos y la mayor militarización de la frontera, una postura asumida tanto por presidentes republicanos como demócratas.
«Están viviendo uno de los peores momentos, cumpliendo con su promesa, el presidente Donald Trump quiere deportar un millón de migrantes por año, se están gastando miles de millones de dólares para crear una maquinaria de deportación», subrayó.
El pastor, un acérrimo crítico abierto del Gobierno federal y la Patrulla Fronteriza, considera que actualmente no existe el ánimo en el país para que un político hable abiertamente sobre una reforma migratoria.
Considera que bajo el movimiento MAGA (Make America Great Again, traducible como «Haz a Estados Unidos grande otra vez») del republicano Trump, que domina las contiendas políticas en el país, el tan solo hablar de una reforma migratoria se ha convertido prácticamente en un «suicidio político».
«Este es el momento de hablar, de actuar, es cierto que hay que resistir, pero también hay que ser perseverantes», dijo el fundador de Fronteras Compasivas, grupo que deja agua en puntos estratégicos del desierto de Arizona para salvar las vidas de los migrantes que se arriesgan internándose por lugares apartados bajo temperaturas mortales.
En su libro dedica un capítulo completo a quienes, inconformes con lo que ocurre en sus vecindarios y al ver cómo agentes de inmigración se llevan a sus amigos, vecinos o familiares, pueden tener en sus manos el poder de actuar.
El activista sostiene que cualquiera puede impulsar el cambio mediante la organización de grupos de vigilancia en las calles, redes de apoyo para familias que no puedan salir a trabajar o incluso la creación de su propia organización.
Contó que anteriormente muchas de las organizaciones migratorias centraban gran parte de su ayuda a lo largo de la frontera, pero ahora con los operativos de la Administración Trump en California, Nueva York o Washington, la necesidad de ayuda se ha incrementado al interior del país.
«Muchas organizaciones no se dan a basto, cada detención se convierte en una batalla legal», dijo. Algunas están transformando tratando de expandir sus recursos, al mismo tiempo que mantienen una constante alerta ante violaciones a derechos civiles.
En 2016, Hoover escribió su primer libro sobre la fundación de Fronteras Compasivas y cómo la muerte de 14 migrantes por sed en medio del desierto inició todo un movimiento.
Una gran preocupación para activistas como Hoover es la reciente decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos que autorizó a la Administración Trump continuar con sus operativos migratorios en California, pese a las acusaciones de discriminación racial durante las detenciones.
El activista visitó a principios de este mes México donde cuenta que se percató de la disminución en el flujo migratorio hacia el norte, en gran parte debido a las duras políticas migratorias de Trump y también a la presión ejercida al Gobierno de México.
«Sabemos que tarde o temprano el flujo migratorio se volverá a incrementar, debemos estar preparados para ello», indicó.
María León